
El presidente Gustavo Petro aseguró un presupuesto de 546.900 millones de pesos para su último año de gobierno luego de que el pleno del Senado aceptara el mismo texto aprobado por la Cámara de Representantes la noche del miércoles, cerrando el proceso sin cambios sustanciales. El monto final es 10 mil millones menor que el propuesto por el Ejecutivo, pero la cifra adoptada por el Legislativo representa un aumento del 4 por ciento sobre el presupuesto actual.
Este crecimiento estuvo impulsado principalmente por un aumento de los gastos operativos (8 por ciento), una reducción del servicio de la deuda de casi 11 por ciento y un aumento de la inversión de 5,3 por ciento, según lo aprobado.
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A pesar de los ajustes, el margen de maniobra del Gobierno sigue siendo limitado. Más del 65 por ciento del presupuesto se destinará a cuestiones operativas, mientras que las inversiones representan sólo alrededor del 16,2 por ciento del monto total, lo que demuestra la rigidez estructural de las finanzas públicas. La carga del servicio de la deuda (cerca del 19 por ciento) deja poco espacio para nuevos programas sin una fuente adicional de ingresos, advierten algunos analistas.
Ante la aprobación del Congreso republicano, Germán Ávila, ministro de Hacienda, dijo que fue una discusión amplia y profunda la que se dio en el legislativo, recordando que Este presupuesto sigue ‘vinculado’ a la ley de financiamiento que se ajustará a 16.300 millones de pesos y cuyo debate comenzará en los próximos días.
El funcionario señaló que en algunos ministerios se hicieron una serie de ajustes por cerca de medio billón de pesos en el primer debate, mientras que en el segundo debate esas reducciones alcanzaron mil 500 millones adicionales, enfatizando que se hicieron reducciones en el presupuesto general en casi todas las entidades.
Insistió en que élLas modificaciones a la ley de financiamiento buscarán que no afecte a los sectores de bajos ingresos y la canasta familiar, y que estén dirigidas a la población de mayores ingresos. y resolver los problemas estructurales del gasto en salud, porque el objetivo es que aquellos sectores con mayores oportunidades contribuyan a las necesidades de financiamiento.
Mayores costos salariales
De los 546.900 millones, la mayor parte corresponde a gastos de funcionamiento, que el año que viene supondrán más de 358.000 millones, lo que corresponde a casi dos tercios del presupuesto. Esta partida cubre el pago de la nómina estatal, que costará alrededor de 66.400 millones hasta 2026, o un 10,1 por ciento más que el gasto de este año. El gobierno propuso asignar cerca de 67 mil millones, pero tuvo que corregir su solicitud en un 0,5 por ciento.
Infraestructura, uno de los sectores clave para la inversión gubernamental.
foto:Gobernación del Atlántico
Los mayores ajustes respecto a la propuesta presentada por el Ejecutivo se produjeron en los rubros de adquisiciones de bienes y servicios, así como de transferencias, con reducciones del 3,7 y 2,3 por ciento, respectivamente, aunque estas partidas aumentaron un 3,4 por ciento en el primero y un 8,9 por ciento, respectivamente, respecto al presupuesto de 2025.
IEl segundo componente en importancia es el servicio de la deuda pública, para el cual se destinarán más de 100 mil millones de pesos en 2026, pero 12 mil 200 millones de pesos menos de lo asignado para el año en curso, lo que representa una caída de 10,8 por ciento. Y mientras que el monto para el pago de obligaciones externas el próximo año será menor en un 6,4 por ciento en comparación con 2025, las obligaciones locales serán menores en un 13,3 por ciento. Esto refleja el peso creciente de las obligaciones financieras del país, en el contexto de altas tasas de interés y restricciones fiscales.
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Por su parte, las inversiones públicas, que incluyen proyectos de desarrollo económico y social, alcanzarán los 88.400 millones de pesos, un ligero aumento respecto de los 83.000 millones asignados para 2025. Este rubro incluye financiamiento para programas de infraestructura, vivienda, agua, educación, salud y transición energética, pilares del Plan Nacional de Desarrollo (PND) del gobierno de Petro.
Los mayores aumentos presupuestarios se concentran en los sectores de educación y salud, que se consideran los impulsores de la política social del actual gobierno. La educación recibirá 6.600 millones de pesos adicionales, un aumento del 8,1 por ciento, con lo que su presupuesto total ascenderá a 88.200 millones. Este será el sector con mayor asignación por parte del Estado, fortaleciendo el financiamiento de las universidades públicas, los programas de alimentación escolar y la inversión en infraestructura educativa.
El sector sanitario es uno de los sectores que tendrá mayor incremento presupuestario en 2026. foto:Cortesía
El sector salud, por su parte, tendrá un incremento aún mayor: 11 mil millones de pesos adicionales (16,4 por ciento), para un total de 78,1 mil millones. Según el Ministerio de Hacienda, estos fondos buscan garantizar la sostenibilidad del sistema, financiar la atención primaria de salud y cubrir las obligaciones derivadas de la reforma en curso, que continúa debatiéndose en el Congreso.
Con la aprobación en el Senado, el proyecto está listo para la sanción presidencial, un paso que formalizará la ley que regulará las finanzas públicas en 2026. Será el último presupuesto de la administración Peter y representará el punto de partida fiscal para la próxima administración, que asumirá el desafío de mantener un equilibrio entre la inversión social y la sostenibilidad de la deuda.