A pesar del notable potencial geológico que presenta el país, Colombia ha experimentado una reducción significativa en la instalación de reservas probadas de gas natural. En los últimos once años, estas reservas han disminuido a menos de la mitad de su valor inicial.
En 2012, las Reservas probadas de Gas Natural en Colombia alcanzaron un volumen de 5.72 terapias cúbicas, pero para 2023 esa cifra ha caído a tan solo 2.37 terapias cúbicas.
Durante este periodo, con excepción del año 2021, las reservas construidas no han sido suficientes para reemplazar la cantidad de gas producido, lo que ha llevado a una drástica reducción en las reservas disponibles.
Investigaciones realizadas por Sergio Karales y Juan Benavides para Fedsarrollo indican que la disminución que se ha observado en el suministro nacional de gas se puede atribuir a una combinación de seis factores clave.
Foto:Izock
1. Riesgo de investigación
Desde 1952 hasta 2010, el factor de éxito en la investigación fue del 23 por ciento, lo que sugiere que solo uno de cada cuatro pozos perforados consigue alcanzar la sostenibilidad comercial. Este indicador pone de manifiesto los riesgos inherentes a la explotación de hidrocarburos en el territorio colombiano.
2. Mayor participación del estado en los ingresos del petróleo
Hasta el año 2018, se incentivaron las inversiones a través de deducciones fiscales, lo que consolidó al sector como el motor económico del país. Sin embargo, la reforma fiscal del 2022 incrementó significativamente la participación del estado en las ganancias generadas por proyectos hidrocarburíferos.
El gobierno del presidente Gustavo Petro ha propuesto que la participación del estado suba del 63 por ciento a más del 80 por ciento, imponiendo un recargo fiscal (con tasas adicionales del 5, 10 o 15 por ciento dependiendo de los precios del petróleo), junto con mayores dividendos fiscales y restricciones en la depreciación de activos.
Este enfoque fiscal reduce drásticamente la rentabilidad de la inversión y desincentiva la inversión en investigaciones e hidrocarburos nuevos.
3. Reducción y desaceleración de la actividad de investigación
De manera histórica, Colombia ha ofrecido más de 1,000 bloques, firmando un total de 413 contratos. Sin embargo, entre 2010 y 2014, el país perdió entre 110 y 130 pozos al año, y para 2024 esta cifra se ha reducido drásticamente a tan solo 34.
Esta escasa actividad limita las posibilidades de nuevos descubrimientos y la expansión de reservas probadas. Desde 2021, el gobierno no ha asignado nuevos bloques de investigación y producción, y las decisiones del gobierno actual sobre la firma de nuevos contratos no han sido claras.
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4. Complejidad de los procesos ambientales
Los procedimientos ambientales necesarios para garantizar la protección del medio ambiente son laboriosos y pueden tardar años en completarse. El entorno regulatorio en este ámbito extiende los plazos y afecta negativamente la rentabilidad de los proyectos, retrasando así su entrada en operación comercial.
5. Aumento de la inseguridad
En los últimos dos años, Colombia ha reportado más de 2,708 eventos de bloqueo y cerca de 69 ataques a la infraestructura petrolera. Esta situación genera riesgos para los operadores, interrumpe la actividad en los campos y eleva los costos operativos debido a la necesidad de incrementar la seguridad, reparar infraestructuras y pagar primas de seguro más altas.
6. Estructura de la industria y debilidad regulatoria
El mercado de producción se encuentra altamente concentrado, donde Ecopetrol controla más del 80 por ciento de la oferta nacional. Esto produce una reducción de la presión competitiva en el mercado.
Sumado a esto, la expansión y recolección del transporte relacionado con el fracking ha interferido con el crecimiento de las reservas de gas natural.
Foto:Ecopetrol
Descubrimientos en las aguas profundas del Mar Caribe, como los realizados por Ecopetrol en alianza con Petrobras en el proyecto Sirius, han revelado un alto potencial de gas que podría duplicar las reservas de gas probadas actuales (2.3 terapias cúbicas).
Sirius tiene la capacidad de producir más de 450 millones de tarifas cúbicas por día (MPCD), lo cual es equivalente a aproximadamente el 40 por ciento de la demanda nacional actual. No obstante, su desarrollo enfrenta considerables desafíos técnicos, logísticos y regulatorios.
A pesar de este potencial, el panorama social exige que se procesen más de 100 procesos de consultas previas antes de que se otorgue una licencia ambiental para el transporte del gas a través de 117 kilómetros, desde el sitio en aguas profundas hasta Bahía en La Guajira.
Pruebas de actividad de gas en alta mar en Sirius-2 Well.Foto:Archivo privado
Sergio Kasule y Juan Benavides también afirmaron que Colombia ha dejado de ser un destino atractivo para la inversión en hidrocarburos.
Actualmente, de los 302 contratos existentes para la investigación y producción de hidrocarburos en Colombia, 39 están suspendidos y 57 están en proceso de terminación. Esto implica que más del 30 por ciento de la cartera de contratos se encuentra inactiva.
Estas suspensiones suelen ser el resultado de conflictos sociales, problemas relacionados con permisos ambientales y cuestiones de orden público, como la presencia de grupos armados ilegales.
Las condiciones actuales en el sector de hidrocarburos han llevado a la salida de grandes compañías petroleras, como ExxonMobil, Shell, Repsol, Conocophillips, Chevron y BP, que ya no proyectan proyectos relevantes en el país.