
Entre el 25 y el 26 de julio, Ecuador deportó a 603 prisioneros colombianos sin notificar o coordinar con las autoridades de Bogotá. Los nacionales llegaron al puente internacional de Rumichaca en medio de un clima de improvisación, hambre y desinformación. A su llegada, los funcionarios colombianos verificaron las identidades, proporcionaron atención humanitaria y detectaron que 11 de ellas tienen órdenes de captura, una con Circular Interpol. Deportaciones sin relaciones tensas de protocolo entre Colombia y Ecuador.
El presidente Gustavo Petro rechazó públicamente la decisión ecuatoriana, calificándola como un «gesto inamisto» y una acción de «desdén». El Ministerio de Relaciones Exteriores colombianos protestó formalmente y solicitó establecer protocolos claros, con un cronograma y garantías mínimas para el tratamiento decente de los deportados.
Petro lanza un mensaje duro: «Gran Colombia no debe dividirse»
El presidente colombiano habló en su relato X, evocando la historia compartida de ambas naciones y criticando con dureza el procedimiento del gobierno de Daniel Nemaa. «La patria de Manuelita Sáenz puede acercarse y no alejarse. Si Gran Colombia entra en la guerra, la humanidad entra en la guerra», escribió Petro, cuestionando la falta de espíritu integrador entre los países vecinos.
En contraste, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ecuadore defendió sus acciones, asegurando que los «marcos normativos y los derechos humanos» se cumplieran durante las deportaciones. Sin embargo, Colombia argumenta que el debido proceso bilateral no fue respetado o se compartió información completa sobre los deportados.
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Escala de crisis diplomática: Bogotá exige respeto y protocolos
La crisis entre ambos gobiernos se intensifica. La Ministra de Asuntos Exteriores a cargo, Rosa Yolanda Villavicencio, dirigió un equipo inter -institucional en la frontera para supervisar las condiciones y los detalles de la demanda al gobierno ecuatoriano. Hasta ahora, solo se ha recibido una lista parcial con 300 nombres, sin documentación de copia de seguridad.
Las autoridades colombianas desplegaron apoyo institucional para garantizar un regreso seguro a los lugares de origen de los deportados. Mientras tanto, se espera que otros 493 colombianos sean devueltos esta semana, lo que mantiene la tensión bilateral.