Los documentos obtenidos por News RCN revelan que la embajada colombiana en Nicaragua le pidió al gobierno de Daniel Ortega que renovara la residencia de Carlos Ramón González el 21 de mayo, justo cuando la oficina del fiscal lo acusó de biberoso, lavado de dinero y peculoso por la apropiación. Salvaron a Patria a sus intereses: el gobierno habría ayudado al asilo del fugitivo Carlos Ramón González.
El ex director del Dapre, considerado la mano derecha de Gustavo Petro e indicó como una pieza clave en la malversación de fondos de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos (UNGRD), vive en Nicaragua desde noviembre de 2024. El procedimiento diplomático buscó garantizar su permanencia legal, a pesar del hecho de que en Colombia ya se enfrentó a una orden de arresto inminente.
Silencio en el Ministerio de Relaciones Exteriores y dudas sobre el apoyo oficial
La solicitud, firmada por el embajador a cargo Óscar Iván Muñoz, solicitó al Ministerio de Migración y extranjeros de Nicaragua que renovara la residencia «del compañero González». El documento fue respondido ese mismo día por las autoridades nicaragüenses, autorizando el procedimiento a cambio de un pago de $ 56.
La ex canciller Laura Sarabia negó haber tenido conocimiento de los esfuerzos, aunque en ese momento se ejerció como ministra de Asuntos Exteriores. No se ha emitido un pronunciamiento oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores, mientras que la controversia crece sobre si el gobierno facilitó el escape de un acusado para la corrupción.
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Orden de arresto, pero sin circular roja
El Tribunal Superior de Bogotá ordenó la captura de González el 3 de julio, advirtiendo sobre su capacidad para evadir la justicia por su alto perfil político y sus recursos. Sin embargo, la oficina del fiscal no ha solicitado la Circular Roja Interpol, lo que le permite salir libremente de Colombia.
Según la investigación, González habría ordenado pagos por 4.000 millones de pesos a los entonces presidentes del Senado, el nombre de Iván y la Cámara, Andrés Calle, para garantizar el apoyo a los proyectos gubernamentales. Los sobornos dejaron contratos de tanque para Guajira, en uno de los mayores escándalos de corrupción del mandato actual.