El Secretario de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez, ha declarado que el país estaba en restaurar su soberanía y arrojar luz sobre el progreso en la lucha contra el contrabando de drogas y el terror. Según Sánchez, las tropas han aumentado sus operaciones abusivas en un 70% en comparación con el año anterior, que ha permitido destruir más de 6.500 kilos de clorhidrato de cocaína y casi 492 toneladas de drogas de drogas. Además, ha sido posible reducir el reclutamiento ilegal, el terrorismo y el robo en varias áreas del país.
Sin embargo, el Ministro también reconoció que las paradas de incendios autorizados por el gobierno anterior contribuyeron al crecimiento de grupos armados ilegales, como la oposición de FARC, que han utilizado estas tranquilidad para fortalecer sus estructuras y aumentar su impacto en las áreas estratégicas. En respuesta a esta situación, el gobierno actual ha adoptado una posición más firme, autorizó la acción militar durante todo el territorio y estableció la «libertad absoluta» para los soldados y la policía nacional.
En Catatumbo, una de las áreas más influyentes, más de 25,000 tropas se han utilizado para luchar contra la mafia y coordinar los esfuerzos con el régimen de Venezuela. Esta decisión es parte del contexto de la creciente tensión geopolítica y se esfuerza por fortalecer el gobierno estatal en áreas donde operan grupos armados ilegales y cultivo ilegal.
A pesar del progreso anterior, los analistas advierten que el tráfico de drogas sigue siendo un desafío significativo para la seguridad y la estabilidad del país. El Financial Times ha señalado que los traficantes de drogas continúan recolectando riqueza y poder, incluso en exceso del PIB de algunos países romanos. Esta situación aumenta el riesgo de democracia y podría unir al gobierno del gobierno, similar al de Venezuela, donde el contrabando de drogas está en hueso consiste en el poder político.
En resumen, el gobierno colombiano ha fortalecido sus esfuerzos para restaurar la soberanía de la nación y enfrentar el tráfico de drogas y el terrorismo. Aunque se han realizado progresos para reducir el crimen y el desglose de las organizaciones del crimen, existen desafíos organizacionales que requieren una política extensa y persistente en el tiempo.
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