En una reciente conferencia de prensa celebrada en la Oficina Oval, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hizo un anuncio significativo que impactó a los mercados financieros y a la economía global. Durante su intervención, Trump declaró que los aranceles impuestos a las importaciones procedentes de China se reducirán «sustancialmente». Esta decisión está destinada a aliviar las tensiones entre ambas naciones y proporcionar un respiro en medio de la intensa guerra comercial que ha estado perjudicando a ambas economías de manera notable. Este anuncio de Trump marca un cambio drástico en su política económica, ya que la tarifa había alcanzado niveles elevados, y ahora se desliza hacia un enfoque más conciliador.

Trump expresó su opinión sobre la actual tarifa del 145 % que aplicaba a ciertos productos chinos, manifestando que «es muy alto y no permanecerá así». Dijo que «caerá sustancialmente, pero no será cero», sugiriendo que hay un matiz importante en su nuevo enfoque hacia la relación comercial con China, después de varios meses de endurecimiento de su política arancelaria. Este cambio puede ser interpretado como un intento de frenar el deterioro de las relaciones comerciales entre las dos potencias mundiales.

Las declaraciones de Trump llegan en un momento crítico, especialmente cuando el Secretario del Tesoro, Scott Besent, advierte que el conflicto con China se ha vuelto «insostenible». Besent ha instado a la necesidad de un «diálogo» para preservar la estabilidad global y evitar el agravamiento de la situación económica mundial.

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Beijing exige respeto y diálogo después del anuncio de Trump; Trump cambia el curso: anuncia tarifa tarifa

La respuesta del gobierno chino fue inmediata y clara. Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, enfatizó que Estados Unidos debe «detener sus amenazas y coerción» si realmente tiene la intención de llegar a un acuerdo. «Si quieres hablar, tenemos las puertas abiertas. Pero si siguen presionando, no funcionará», advirtió Guo, resaltando la necesidad de respeto mutuo y beneficios compartidos como pilares esenciales para cualquier negociaciones futuras entre las potencias.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China afecta la economía mundial. Trump cambia el curso: anuncia la tarifa de tarifa.

A pesar del cambio de tono que se percibe en Washington, China se mantiene firme y continúa aplicando aranceles que alcanzan el 125 % sobre ciertos productos estadounidenses. Además, el país ha intensificado otras medidas, como restricciones a empresas como Boeing y en la industria del entretenimiento, lo que sugiere que las tensiones en la relación comercial aún persisten y no se han resuelto por completo.

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Los mercados reaccionan con el optimismo, pero el acuerdo sigue siendo incierto

La reacción de los mercados financieros fue una muestra de optimismo ante las palabras de Trump. Wall Street cerró en alza, y las bolsas en Asia siguieron esta tendencia, destacando un aumento del 2 % en el índice Hang Seng. Sin embargo, los analistas aún muestran cautela frente a esta situación, debido a la continua volatilidad política y la falta de una hoja de ruta clara que defina un acuerdo definitivo entre Estados Unidos y China. La incertidumbre todavía reina respecto al futuro de las relaciones comerciales entre estas dos naciones.

Mientras tanto, el Secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha alineado sus esfuerzos con los de Besent, intentando moderar la política de tarifas y desafiando la postura más dura de asesores cercanos a Trump, como Peter Navarro. Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional también ha exigido una solución inmediata, advirtiendo que la prolongación de la guerra comercial podría provocar una contracción del Producto Interno Bruto estadounidense de hasta un punto porcentual.

La promesa de Trump de reducir los aranceles a China refleja un giro estratégico en su administración, un movimiento que podría aliviar tensiones globales. Sin embargo, Beijing exige condiciones claras y respeto mutuo antes de cualquier negociación. El futuro de la estabilidad económica global dependerá de la capacidad de ambos países para encontrar puntos en común y restablecer la dinámica del comercio bilateral.

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