Este sábado 13 de septiembre, el mundo celebra el Día Mundial de Arepa, una fecha que va más allá de lo gastronómico. El arepa, ese registro de maíz que acompaña a los desayunos, cenas y celebraciones, es también un símbolo de identidad cultural, historia compartida y evolución social.
Una comida con raíces profundas
Aunque Colombia y Venezuela comparten la prominencia de este plato, sus versiones son diferentes y reflejan sus propias tradiciones. En Colombia, AREPA suele ser más plano y más amplio, perfecto para acompañar el queso, la mantequilla o los guisos. En Venezuela, por otro lado, es más grueso y pequeño, ideal para llenar con carnes, verduras o salsas.
La disputa sobre su origen aún está abierta, pero la verdad es que ambos países han hecho de ARES un emblema nacional. Su versatilidad le ha permitido adaptarse a múltiples contextos, desde rurales hasta urbanos, y de lo artesanal a la industrial.
Colombia: una historia de amor con arepa
Según un estudio de WorldPanel por numerador, el 85 % de los colombianos consumen a ARES al menos una vez por semana. Estos datos confirman sus raíces culturales, pero también revela una tendencia creciente: el consumo total ha aumentado en un 12 % en el último año.
Este crecimiento no solo responde a la tradición, sino también a la capacidad de adaptación del producto. Las arepas pre-lista e industrializadas ya representan la mitad del consumo en los hogares, lo que muestra que la modernidad no ha desplazado a la costumbre, sino que la ha transformado.
Más que alimentos: identidad y desarrollo
Arepa no es solo un acompañamiento. Es un motor económico para miles de familias, una expresión de creatividad culinaria y una forma de conectar generaciones. Desde las mesas campesinas hasta las ferias gastronómicas, su presencia es constante y significativa.
Este Día Mundial de Arespa es una invitación para saborear la tradición, apoyar a los productores locales y celebrar una comida que continúa escribiendo su historia en cada rincón del país. Porque en Colombia, Arepa no solo come: vives.