
Gustavo Morales, presidente de Fasecold, aseguradoras de CEH, analizó el desempeño del sector, los desafíos de la regulación crediticia y el potencial de seguro paramétrico.
En una entrevista con El Tiemp, el gerente explicó que existe un sector de seguros sólido, con un crecimiento estable y una mayor participación en el hogar en las políticas de salud y vida. Pero también enfrenta desafíos: Penetración, que está lejos de los niveles internacionales; La propuesta de reforma fiscal, que crea la preocupación y el envejecimiento de la población, que establece nuevos desafíos.
También predijo que habría la agenda del Congreso de Seguros Internacionales, que se llevará a cabo en Cartagena entre el 23 y el 25 de septiembre.
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¿Cómo desapareció esta industria en 2025. Años?
En términos de primas emitidas, que es nuestro indicador más importante, los adultos 8 por ciento anuales hasta julio. Los accidentes pagados lo hicieron 5.7 por ciento, lo que significa que pagamos alrededor de 15 mil millones de pesos frente a las primas elevadas, alrededor de 34 mil millones. Por otro lado, la ganancia aumentó en un 10 por ciento, lo que contrasta en un 5.2 por ciento de inflación. Pero, de esas cifras, vemos algo crucial: el número de políticas de mercado también se cultiva, lo que nos dice que no es solo un tema de altos precios, sino una mayor demanda real de seguro. Hoy, la penetración es del 3.3 por ciento del PIB, mientras que la OCDE promedio es de 8.7 por ciento. Tenemos un largo camino, pero llegamos menos del 3 por ciento hace solo unos años.
Dices que 2023 fue extraordinario. ¿Qué explicó?
Lo que vimos en 2023. El año fue el efecto de salto. La pandemia de las decisiones de la parte lesionada y el seguro. Cuando la economía continuó su ritmo, muchas de estas decisiones se materializaron. Ese impulso marcó un crecimiento sobresaliente incluso hoy lo tomamos como una nueva línea básica.
Después de la pandemia, la industria de seguros, como otros sectores, registró el efecto de salto. Foto:Izock
¿Dónde está la mayor demanda de seguro?
Hay fenómenos interesantes. El ramo más grande es esa política de salud privada, con un aumento anual del 23 por ciento. Es un cambio estructural que no se ha visto en décadas. Creemos que hay dos factores: inseguridad frente al sistema de salud y, al mismo tiempo, una mejor cultura de seguros en las casas. Muchas familias son una inversión prioritaria en salud privada en comparación con otros costos de consumo. Otro ramo es una vida individual, que crece 11 por ciento. A diferencia del seguro colectivo, que las empresas generalmente adquieren, el seguro de vida individual refleja una decisión personal. Cuando la familia decide proteger con este producto, es porque ha estado internalizando la importancia del seguro y la señal de los cambios culturales es alentadora.
Soat tuvo un año tormentoso. ¿Cuál es la situación actual?
Sin duda, pero hoy podemos hablar sobre la estabilidad relativa gracias a las medidas gubernamentales y la supervisión financiera, como la tarifa y el mayor control en la relevancia de los servicios cobrados y los hospitales. También vimos una pequeña reducción en los accidentes de tráfico, aunque todavía es temprano para discutir la tendencia consolidada. Una cosa importante es el mantenimiento del principio de la prima preferida: debido a que el seguro obligatorio y las tarifas establecen energía, debe cubrir los riesgos para garantizar su sostenibilidad.
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Fasecold señala que en el pasado hay relativa estabilidad en políticas pasadas con SOAT. Foto:Izock
¿Cuánta influencia de la población envejecida?
Colombia alcanzó las tasas de género de los países desarrollados, pero con bajos niveles de ingresos. Es un triunfo en términos de derechos sexuales y reproductivos, pero genera un escenario complejo. El envejecimiento de la población implica mayores riesgos de enfermedades crónicas, largas preocupaciones y cambios en el Seguro Social, porque al mismo tiempo puede haber más personas que están dispuestas a seguir siendo trabajos activos o cuidadores. El sector de seguros significa un desafío de innovación. Necesitamos diseñar productos adaptados a esta nueva realidad demográfica que vivimos en Colombia.
¿Cuáles son los desafíos del sector de seguros?
Yo diría que hay tres. La primera implementación de la nueva regulación de Borov que busca garantizar que tengan reservas y solvencia apropiadas. Este es un proceso exigente en técnico, ya que implica ajustes en sistemas, contabilidad y reservas, pero es necesario para la estabilidad del sector. El segundo es un aumento en la penetración en poblaciones vulnerables. Trabajamos con PNUD y con las posibilidades del banco en proyectos que están seguros de los segmentos que no tenían acceso. Aquí señalo productos como el seguro de tendos, el turismo rural o una economía popular, que responden a realidades específicas. Y el tercer desafío es la consolidación de esa cultura de seguros en el entorno económico aún frágil, donde los factores como la inflación, el empleo y la inversión juegan un papel central.
En este escenario, ¿cómo se evalúa el papel de Superfinanciere y la Unidad de Regulación Financiera (URF)?
Vimos estrictos y preparados técnicos para escuchar. URF funciona con la pregunta central: cómo el decreto puede ayudar a aumentar la penetración del seguro. Y la temperatura de supervisión ha avanzado en la vigilancia digital, las finanzas abiertas y la purificación normativa. Las discusiones con estas entidades pueden ser intensas, pero siempre han apoyado la evidencia, lo que crea confianza en sí mismo.
¿Qué papel juega la inversión extranjera en el sector y afecta la propuesta de reforma fiscal?
En los últimos años, los nuevos actores extranjeros llegaron a Ramos, como la salud, los automóviles y el seguro de propiedad. Esto es positivo porque establece la competencia y mejora la oferta. Sin embargo, la reforma fiscal aumenta el 15 por ciento de recargo sobre el impuesto sobre la renta de la aseguradora, lo que llevaría la tasa general al 50 por ciento, lo cual es muy negativo. Las ramas deben aplicarse a los sectores que desean desalentar (cigarrillos, casinos), no a la industria que protege a los ciudadanos. Es contradictorio que el propio gobierno promoviera medidas para promover el seguro, como la economía paramétrica o popular. No tenemos mala calidad, no eliminamos el recargo, pero es la tasa actual del 35 por ciento, que está por encima de los estándares internacionales. Enviar la señal del impuesto de confiscación está en contra de estos avances.
Gustavo Morales, presidente de Fasecold. Foto:Fasecolda
¿Qué han fortalecido las medidas recientes en el sector de seguros?
Expiro tres. Primero, el seguro paramétrico que se utiliza hoy en sectores como el turismo en San Andrés, donde están protegidos por los arrecifes de coral. En segundo lugar, las políticas de la economía popular, que respaldan los bajos contratos con los comités de acción comunitaria, con accidentes sorprendentemente bajos. Y tercero, la propagación de un seguro decente, que protege los proyectos de construcción y se ha convertido en un argumento de ventas para los constructores. Además, la reforma de las pensiones difundió el papel del seguro en el riesgo de riesgo de discapacidad y supervivencia para las cobranzas asociadas.
No pedimos no solo que se retiren (de la reforma fiscal) a un recargo, sino que la tasa actual del 35% se reduce, que está por encima de los estándares internacionales.
Gustavo Morales coboPresidente Fasecold
¿Cómo lo hacen los documentos sobre el seguro paramétrico?
Están seguros de que no se les paga cuando se verifica el daño, sino cuando aparece con un indicador definido. Son muy útiles para los riesgos de los desastres naturales, porque las medidas de daño. Más del 70 por ciento de las políticas agrícolas están paraméticamente en el país. Además, desde 2023. Año, esta modalidad se puede aplicar en otras ramas, como el turismo, lo que atrae los intereses de las entidades y empresas territoriales.
¿Qué propuestas se proponen para el próximo gobierno?
Hay dos grandes canciones. Primero, los riesgos catastróficos derivados del cambio climático. Ninguna condición puede enfrentarlos. Necesitamos esquemas de cooperación público-privada, como el reaseguro estatal o el consorcio entre las aseguradoras. Otros, amplían la protección de los peligros en el trabajo a los trabajadores informales. Hoy, el sistema tuvo un gran éxito en la reducción de los accidentes y el empleo entre los formales, pero la mitad del país no tiene cobertura. Necesitamos explorar fórmulas innovadoras, con apoyo bancario multilateral para la población.
¿Qué preguntas involucran la agenda del Congreso?
Este año enfatizaremos cómo mejorar la capacidad del seguro para la protección de las personas y las empresas. Discutiremos los riesgos catastróficos derivados del cambio climático, fenómenos que requieren cooperación público-privada; Y cómo expandir la protección de los peligros en el trabajo en trabajadores informales.