La inesperada renuncia de Daniel Quintero -exalcalde de Medellín- a su participación en la consulta interna de la histórica alianza para definir un candidato presidencial, que debía ser el 26 de octubre de 2025, ha provocado un shock político que va más allá de lo simplemente simbólico. Lo que comenzó como una disputa interna se ha convertido en una crisis de legitimidad, unidad y estrategia para el bloque progresista que apoya al gobierno del presidente Gustavo Petro.

¿Qué hizo que Quintero dimitiera?

Quintero anunció su retiro, argumentando que el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Registro Nacional del Estado Civil habían cambiado las condiciones del acuerdo consultivo para que fuera entre partidos en lugar del concurso interno del pacto histórico, lo que, según él, generó incertidumbre jurídica sobre su participación en otra consulta más amplia en marzo 226, la llamada «Bro226».
En sus palabras: “Acabaron con la consulta sobre el pacto histórico convirtiéndola en una consulta entre partidos.
Al mismo tiempo, el comisionado del CNE, Altus Baquero, argumentó que las reglas electorales -más específicamente, el artículo 7 de la Ley 1475 de 2011- establecen que quien se registre para la consulta y se retire tiene prohibido participar en futuras elecciones dentro del mismo período electoral. Esto dejaría a Quintero con muy pocas posibilidades de postularse para presidente en 2026.

¿Qué estaba en juego en la histórica consulta sobre el tratado?

El objetivo del evento electoral del 26 de octubre fue elegir al candidato del Pacto Histórico que competirá por la presidencia de la República en 2026. Inicialmente tres candidatos: Quintero, Iván Cepeda y Carolina Corcho.
La hoja de ruta propuesta fue:

  1. Consulta interna con la convención histórica del 26 de octubre de 2025.
  2. El ganador participaría luego en una consulta más amplia del Frente Amplio, en marzo de 2026, por delante de las fuerzas de centro izquierda, para determinar el único candidato de la coalición para las elecciones de 2026.
    Sin embargo, la naturaleza jurídica de la consulta (intra vs interpartidista) ha generado dudas sobre si el ganador podrá completar este proceso sin obstáculos legales.

¿Cuáles son las consecuencias jurídicas y políticas de la renuncia de Quintero?

  • Legalmente: al renunciar, Quintero podría no ser elegible para volver a pasar por ese sistema o participar en un proceso dentro de la misma empresa (en este caso, una consulta presidencial) que obstaculizaría seriamente su candidatura presidencial.
  • Políticamente: su salida debilita la imagen de unidad del Pacto por la Historia, abre una brecha en la coalición y expone tensiones internas entre progresistas que ahora tendrán que reorganizarse. Por ejemplo, varios precandidatos que ya se habían retirado (como María José Pizarro, Gustavo Bolívar y Susana Muhamad) regresaron para apoyar a Cepeda.
  • Estratégicamente: si la consulta del 26 de octubre se considera multipartidista, el ganador podría ingresar directamente a la primera vuelta presidencial, sin pasar por la consulta de marzo. Esto altera significativamente la hoja de ruta propuesta y podría favorecer a fuerzas ajenas a la Unión.

¿Dónde están Iván Cepeda y Carolina Corcho?

Pese al terremoto provocado por la dimisión de Quintero, Iván Cepeda y Carolina Corcho han confirmado su participación en la consulta del próximo 26 de octubre.

  • Cepeda: El veterano senador ha exigido al CNE que confirme por escrito que la consulta es partidista (y no cambia su naturaleza) para garantizar que el ganador pueda pasar a la siguiente fase.
  • Cork: ex ministra de Sanidad, ha apelado a los movimientos sociales, a las mujeres y a los votantes regionales y quiere que el mapa refleje claramente la elección del candidato presidencial.
    Ambos representan la continuidad de la Alianza para el Progreso, pero enfrentan el desafío de restaurar la unidad del pacto histórico y ganar legitimidad ante los ojos de los votantes después del episodio de Quintero.

¿Y qué sigue?

  • El proceso de consulta del 26 de octubre continúa, según el Registro Nacional.
  • Pero la gran incógnita es qué sucederá con la consulta de marzo de 2026: si se considera el histórico tratado entre las partes, el ganador no podría participar en otra consulta, dejando en entredicho la lógica de la hoja de ruta original.
  • También hay una cuestión de legitimidad: la renuncia de Quintero ha abierto interrogantes y críticas dentro de la Alianza Progresista, lo que podría afectar la movilización de votantes y la credibilidad del sistema electoral interno.
  • Finalmente, la izquierda colombiana enfrenta un desafío mayor: reconstruir su retórica de unidad, asegurar un proceso transparente y legalmente válido, y presentarse en las elecciones presidenciales de 2026 con un candidato confiable que no solo represente a la coalición sino que también sea competitivo frente a la oposición.

Conclusión

La renuncia de Daniel Quintero marca un punto de inflexión en la carta histórica. Más que una simple revocatoria, es una llamada de atención sobre la fragilidad interna, las complejidades legales del sistema electoral colombiano y los desafíos de cohesión que enfrenta la izquierda en su carrera hacia 2026. Los próximos días serán decisivos: el 26 de octubre será mucho más que una consulta interna; Será una prueba de fuego para la unidad, dirección y credibilidad del proyecto progresista en Colombia.

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