Las Fuerzas armadas han desplegado más de 3.600 efectivos militares en el Departamento de Chocó, en respuesta a la reciente proclamación del «desempleo armado» por parte del Ejército Nacional de Liberación (ELN). Este despliegue significativo busca restaurar la seguridad en una región que ha sido marcada por la violencia y el conflicto armado. La decisión responde a la creciente preocupación de las comunidades sobre la amenaza y la intimidación ejercida por este grupo armado, que ha causado un gran impacto en la vida diaria de los ciudadanos.
El ejército de Colombia emitió un comunicado a través de su cuenta en la red social X, donde afirmó: «El ELN amenaza a la comunidad de Chocoana y busca intimidarlo. Lo que ellos denominan ‘desempleo armado’ en Baudó, Chocó, es en realidad una acción criminal destinada a garantizar rutas de tráfico de drogas que se extienden a través del río hasta el océano Pacífico. Esta situación no tiene ningún tipo de relación con causas sociales o políticas, sino que se trata de civiles armados contra civiles». Este enfoque subraya la postura del ejército, que se compromete a mantener el orden y proteger a los ciudadanos en esta delicada situación.
La operación militar en la región incluye unidades de la Séptima División del Ejército Nacional, la Fuerza Naval del Pacífico y el Comando de Combate Aéreo No. 5. Este despliegue multidimensional demuestra el compromiso de las autoridades con la seguridad y la protección de la población, especialmente en lugares donde la influencia del ELN ha crecido en los últimos años.
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El ELN ha anunciado un «desempleo armado» que se extenderá por tres días en el Departamento de Chocó, con el objetivo de restringir la movilidad en el área. Este anuncio se enmarca en el contexto de enfrentamientos cada vez más intensos con un grupo paramilitar, lo que ha llevado a la guerrilla a adoptar esta táctica como forma de respuesta. La medida entró en vigor a la medianoche del 2 al 3 de mayo y se espera que dure 72 horas, según la declaración emitida por el frente de la Guerra Occidental del ELN. Este tipo de medidas generan preocupación y ansiedad entre la población civil, que se ve atrapada en medio del conflicto.
La guerrilla ha señalado, específicamente, a una estructura paramilitar que está bajo el mando de una persona conocida con el alias de ‘piernas limpias’, la cual cuenta con aproximadamente 400 efectivos. El ELN acusa a este grupo paramilitar de intentar establecer una ruta de tráfico de drogas en la región, operando «a gusto» y alegando una supuesta complicidad con las autoridades locales, lo que complica aún más la situación de la población civil.
La huelga anunciada por el ELN afectará en teoría al río Baudó y a sus afluentes, donde se prohíbe «cualquier tipo de movilidad» durante los tres días del cese de actividades. Este tipo de acciones por parte del ELN no son nuevas; sin embargo, sus efectos colaterales han sido cuestionados, ya que no solo impactan a los grupos armados a los que se dirigen, sino también a la población civil que se ve atrapada en este escenario de violencia y confrontación. Las consecuencias de estas medidas son un recordatorio del costo humano que tiene el conflicto armado en Colombia.