Las bajas tasas de vacunación en América Latina han generado una preocupante problemática de salud pública. Esto se debe a varios factores, entre ellos la difusión de información errónea y dificultades en el acceso a las vacunas. Como resultado, hemos presenciado brotes de enfermedades como el sarampión, la tos de puta y la fiebre amarilla, condiciones que se pensaban controladas. Esta situación alarma tanto a los profesionales de la salud como a las autoridades gubernamentales, ya que pone en riesgo los logros alcanzados en las últimas décadas.

El declive de la inmunización

Tradicionalmente, América Latina ha sido un modelo a seguir en cuanto a campañas de vacunación efectivas. Sin embargo, en la actualidad nos enfrentamos a un resurgimiento inquietante de enfermedades que podrían prevenirse fácilmente mediante la vacunación. La Organización Panamericana de la Salud (PAHO) ha reportado un incremento significativo en la incidencia de sarampión, con 2,318 casos registrados en 2025, de los cuales el 98% ocurrieron en América del Norte. Del mismo modo, la fiebre amarilla ha presentado índices alarmantes, con 189 casos y 74 muertes en países como Bolivia, Brasil, Colombia y Perú. Además, la tos lluvia ha sido responsable de 809 casos, sumando 48 fatalities en México y 242 en Colombia. La baja cobertura de vacunación es un factor crucial que contribuye a esta tragedia, con solo el 16% de los países alcanzando el 95% recomendado para el sarampión.

Información y acceso limitados

Los expertos en salud pública subrayan que una de las principales razones detrás de este descenso en las tasas de vacunación es la propagación de información errónea. Un ejemplo notable es la desinformación que relaciona la vacuna del sarampión con el autismo, un mito que ha erosionado la confianza del público en las vacunas. Este fenómeno ha llevado a la desconfianza generalizada hacia las inmunizaciones, lo cual es preocupante en un momento en que la vida y la salud de millones están en juego. Además, se enfrentan a problemas logísticos, como el suministro limitado y la dificultad de acceso a las vacunas, suma a estos problemas un contexto de inversiones insuficientes en el ámbito de la salud pública. En este sentido, el Fondo Rotatorio de la OPS juega un papel fundamental al proporcionar vacunas a precios accesibles para las naciones involucradas.

El impacto de la pandemia de Covid-19 ha agravado aún más esta situación. Es evidente que ha generado un fenómeno conocido como «cansancio post-epidémico», donde la población ha mostrado una resistencia a hablar acerca de la inmunización, pese a la eficacia probada de las vacunas. Esta falta de interés es alarmante, ya que podría conducir a un aumento aún mayor en la propagación de enfermedades prevenibles por vacunación. Por lo tanto, es imperativo que se implementen estrategias efectivas para contrarrestar la desinformación y mejorar el acceso a las vacunas. Solo así se podrá restablecer la confianza de la población en los programas de vacunación y asegurar un futuro más saludable para todos.

Redactor
About Author

Redactor