Colombia está en espera de un gesto positivo por parte del gobierno de los Estados Unidos en relación al problema de los aranceles del 10 por ciento aplicados a las exportaciones. Este tema ha generado expectativas en el sector gubernamental y empresarial colombiano, ya que podría tener un impacto significativo en la economía del país.
En reuniones recientes entre representantes de ambos países, se anunció un retraso en la entrada en vigor de tres regulaciones técnicas específicas que pueden afectar la importación de vehículos y repuestos provenientes de Estados Unidos, inicialmente programadas para entrar en vigor el 2 de mayo de este año. Esta decisión se ha tomado con la esperanza de que se generen mejores condiciones de negociación.
Las resoluciones involucradas son la 2022233040065305 de 2022, que se refiere a los neumáticos para motocicletas y cuya entrada en vigor se ha aplazado hasta el 2 de septiembre de 2025. La segunda, 20223040044585 de 2022, trata sobre los sistemas de frenado y sus componentes para vehículos motorizados y remolques, y se extenderá hasta el 16 de septiembre de 2025. Por último, la tercera resolución, 20223040044455 de 2022, se relaciona con neumáticos nuevos, reacondicionados y de reemplazo, cuyo aplazamiento será hasta el 30 de septiembre de 2025.
A pesar de que estas reuniones se realizaron en un clima cordial, la situación no parece clara y los colombianos mantienen la esperanza de que se logre un avance significativo en las negociaciones. Hasta la fecha, se han celebrado tres encuentros donde se han revisado múltiples puntos que afectan bilateralmente a ambas naciones.
Jamieson Greer, portavoz comercial estadounidense, Rusinque, Mincomercio y Daniel García, embajador. Foto:X Ministerio de Comercio
Un punto de gran preocupación entre los empresarios colombianos es la lentitud con la que está enfrentando esta situación. Como menciona Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), «Ecuador y Chile ya han presentado sus propuestas al gobierno de los Estados Unidos, mientras que las autoridades colombianas aún no lo han hecho, lo cual es alarmante».
Sumando a esta problemática, Colombia no cuenta actualmente con un ministro de bienes raíces, lo que genera incertidumbre sobre el equipo de negociación, ya que no es conocido ni tiene experiencia relevante en estas conversaciones. «Eliminar las restricciones sobre vehículos sería beneficioso, pero hasta que Colombia no presente una propuesta concreta, no se logrará nada. No podemos permitir que otros países nos superen en este aspecto», destaca un portavoz de la Unión.
Por su parte, María Claudia Lacouture, presidenta de Amcham Colombia, considera que este retroceso podría interpretarse como un gesto positivo y alivio temporal, aunque no se trata de una solución definitiva. «Es crucial mantener la comunicación abierta y efectiva», señala.
Presidente Amcham Colombia y Allied Foto:Amcham Colombia
Desde un punto de vista más amplio, hay un reconocimiento de que en el contexto de las negociaciones arancelarias, especialmente con un arancel del 10 por ciento, la administración del presidente Donald Trump mostró un claro interés en eliminar las barreras que separan a los productos estadounidenses de los mercados internacionales.
En el caso específico de Colombia, se han identificado al menos 17 cuestiones que generan inquietud y que se están abordando. Sin embargo, es crucial que se logre un progreso significativo en la resolución de estos problemas para que Estados Unidos considere la revisión de la tarifa impuesta. «El diálogo debe centrarse en construir un entorno comercial que sea equilibrado y predecible, beneficiando a ambas economías», enfatiza la representación colombiana.
Por el momento, Colombia, a través de su Ministerio de Transporte y el Sector Privado, necesita abordar el asunto de la certificación, ya que esto es fundamental para que cualquier nuevo pedido entre en vigor.
Díaz también resalta que este es solo uno de los aspectos que requieren atención, subrayando la importancia de revisar el sistema aduanero, puesto que actualmente no existe una plataforma electrónica efectiva del Dian o un Facial Electrónico adecuado. «Estados Unidos desea que Colombia resuelva estos problemas, lo que claramente es un paso preliminar importante, pero aún no hay una propuesta concreta sobre la mesa», sostiene.
Javier Díaz Molina, presidente de Analdex. Foto: Carlos Ortega / El Tiempo Foto:Archivo de tiempo
Los obstáculos que enfrenta Colombia son variados. Según un informe de Amcham sobre el representante comercial de Estados Unidos, estas barreras están asociadas principalmente a la contratación pública, así como a dificultades para empresas tecnológicas extranjeras y su integración en el mercado, lo que complica el comercio y el cumplimiento de obligaciones derivadas del Tratado de Libre Comercio (TLC).
¿Cómo negociar?
Muchos se preguntan si Colombia tiene margen de maniobra suficiente para sentarse en la mesa de negociaciones con el gobierno de Estados Unidos y conseguir resultados favorables en esta compleja situación. Para el presidente de Amcham, resulta fundamental que Colombia adopte un enfoque estratégico, pragmático y oportuno en sus negociaciones. Es primordial consolidar su rol como aliado de Estados Unidos para fomentar una cooperación efectiva en áreas clave que generen beneficios mutuos entre ambas naciones.
Según su análisis, Colombia disfruta de condiciones favorables para mejorar su posición en la agenda bilateral y extraer resultados concretos. Esta perspectiva se basa en tres pilares fundamentales. En primer lugar, el comercio entre Colombia y Estados Unidos mantiene un superávit constante a favor de este último, lo que incrementa el interés por preservar y fortalecer estas relaciones económicas.
En segundo lugar, el acuerdo de libre comercio establece un marco institucional sólido, con reglas y procedimientos claros para abordar los problemas de manera estructurada y eficiente.
Y, por último, Colombia tiene la oportunidad de convertirse en un proveedor estratégico en la cadena de suministro de Estados Unidos, especialmente en sectores donde los proveedores como China enfrentan desafíos logísticos, regulatorios o geopolíticos. Esta situación representa una oportunidad invaluable para posicionarse como un socio confiable en el contexto internacional.
En resumen, el panorama es alentador, siempre y cuando se mantenga un diálogo abierto y constructivo entre los gobiernos.