El presidente del Banco Latinoamericano de Desarrollo y el Caribe (CAF), Sergio Díaz-Granados, ha expresado que la situación actual de la implementación de reformas constitucionales ya aprobadas al Sistema General de Participación (SGP) en Colombia es un tema crítico que debe ser gestionado con cuidado. Durante su intervención, destacó la importancia de aprender de las experiencias acaecidas durante los últimos 40 años de descentralización en el país, para asegurar que no se repitan errores del pasado que ya se han visto en períodos anteriores.
Tras la reciente aprobación de la reforma, que incrementa las transferencias a los territorios del 20 por ciento actual al 39.5 por ciento de los ingresos, su correcta implementación dependerá de que el Congreso apruebe la ley de competencia. Con esta ley, se decidirán las responsabilidades de los costos, configurando así un nuevo marco que permitirá al gobierno central y a los gobiernos regionales trabajar de manera más efectiva y coordinada.
Díaz-Granados abordó esta temática durante la presentación de la nueva entrega del Informe de economía y desarrollo (red) de CAF, un documento que se elaboran de forma periódica. En esta edición, la red se enfoca específicamente en el papel que desempeñan los gobiernos subnacionales, bajo el título «Solución cercana: el papel de los gobiernos locales y regionales en América Latina y el Caribe».
«Esperamos que la discusión en el Congreso no se desarrolle en un ciclo vicioso de errores, es decir, no queremos dar vueltas en círculo, sino avanzar con determinación. Creo que es esencial establecer un debate interno en el Congreso antes de implementar esta nueva reforma», comentó el presidente de CAF.
Además, enfatizó que «este documento (red) llega en un momento oportuno para que Colombia aproveche la mejor experiencia acumulada en otros contextos».
Visión del territorio según la ley sobre jurisdicción
La esperada aprobación de la ley sobre jurisdicción, según el gobernador de Chocó, Nubia Córdoba, que estuvo presente en Brasilia, no solo representa «un paso fundamental en homenaje al espíritu y la intención de la Constitución de 1991, sino que también aborda los desafíos actuales que enfrentan los países en sus administraciones regionales».
Nubia Córdoba, gobernador de Chocó (segunda a la izquierda), en la presentación del informe. Foto:C y f
La gobernadora subrayó que se enfrentan «nuevas tareas que carecen de una base presupuestaria, lo que limita las capacidades de inversión en los territorios».
Al referirse a la importancia de evitar errores anteriores, Díaz-Granados hizo hincapié en la experiencia acumulada sobre descentralización en Colombia desde finales de los años 80, período en el cual se llevaron a cabo elecciones populares de alcaldes.
Esta experiencia se resume en «moverse de una gran autocracia política en los años 80 hacia la crisis de la deuda pública territorial en los 90, donde la situación llevó al límite a muchos municipios, provocando ajustes severos que todavía requieren mayor financiamiento y competencia, así como más autonomía».
Gustavo Fajardo, el economista principal de CAF y uno de los autores del informe, añadió que «Colombia es uno de los países que ha manejado mejor la planificación de interfaces, gestión y mecanismos de informes, incluso entre los gobiernos subnacionales más desarrollados en la región».
En el contexto nacional, Fajardo destaca que «la transferencia de recursos no se ha llevado a cabo sin un marco de referencia claro, incluyendo instrumentos de gestión y planificación bien definidos».
A su vez, Díaz-Granados remarcó que el enfoque de Colombia es uno de los pocos que presenta un aspecto asimétrico, es decir, que considera la complejidad de algunos departamentos o municipios en función de su gradiente de pobreza.
Cuatro décadas de decisiones de autonomía en Colombia
Al detallar la evolución que ha tenido la descentralización durante las últimas cuatro décadas en Colombia, el presidente de CAF recordó la importancia de la primera elección popular de alcaldes en los años 80, lo que sentó las bases para decisiones que posteriormente dieron paso a la protección de la autonomía política en la región, así como a la creación de competencias.
Dentro de este desarrollo, el presidente de CAF recordó que los años 90 se caracterizaron por un aumento del gasto público en los gobiernos municipales y regionales, hasta llegar a situaciones de bancarrota.
Esta crisis llevó a reformas implementadas a principios de la década de 2000 que buscaban controlar esta bancarrota a través de medidas como la ley de bancabilidad territorial, destinada a regular el endeudamiento y mantener la sostenibilidad financiera.
«La situación en Colombia era muy similar a la de otros países en la región, aunque ligeramente menos severa», Díaz-Granados señala, al referirse a los altos ajustes que se empezaron a aplicar en la primera década del siglo XXI.
La pregunta que surge ahora es: «¿Cómo podemos lograr que esto sea responsable?»
Sergio Díaz-GranadosPresidente de CAF
En la actualidad, hay un mayor nivel de autonomía, reconoce. «La discusión contemporánea se inscribe en esa curva histórica, similar a la que observamos en otros países cuando se otorga más autonomía a nivel local«, agregó.
La interrogante principal ahora es, según el gerente, «¿cómo podemos abordar esta autonomía de manera responsable?», con el fin de gestionar los ingresos, mejorar la calidad de la competitividad y fomentar una gobernanza pública que permita desarrollar soluciones que beneficien a los ciudadanos.
Informe de descentralización presentado por la CAF
El informe de red que fue presentado el martes en Brasilia destaca cuatro acciones estratégicas para que la transformación de los gobiernos locales y regionales se convierta en un eje fundamental para lograr un desarrollo verdaderamente sostenible, inclusivo y resiliente.
La primera de estas acciones se centra en el campo fiscal, con el objetivo de fortalecer las capacidades de recaudación local, considerando el uso de transferencias y la clarificación de estándares fiscales.
La segunda acción se corresponde con el desarrollo urbano integral, teniendo en cuenta que más del 80 por ciento de la población de la región reside en ciudades. La tercera acción se centra en capacitar a los funcionarios púbicos, asegurando así altos estándares de calidad en el servicio.
La cuarta acción hace hincapié en la cooperación en áreas metropolitanas, dado que el crecimiento a menudo excede los límites de la jurisdicción. Finalmente, la digitalización se presenta como una vía para abrir nuevas opciones de gestión.
CAF presentó un nuevo informe sobre el papel del gobierno en los territorios. Foto:C y f
Sobre el tamaño de las medidas que se requieren para otorgar mayores recursos y competencias en la región, Fajardo aclaró que «no decimos que la descentralización es excesiva o insuficiente. Lo que enfatizamos es que cada decisión nacional tiene que ir acompañada de un conjunto de medidas que aseguren que los gobiernos actúan de la manera más eficaz posible».
En cuanto a la situación en Colombia, la gobernadora de Córdoba indicó que existe un «mismo alto volumen de competencias» que se asignan a municipios o departamentos, pero estos carecen de fondos suficientes porque los ingresos se destinan a la nación.
Por esta razón, planteó que «la ley de competencia es esencial para generar herramientas verdaderas para los territorios«. Esto no solo permitirá atender adecuadamente las necesidades que los ciudadanos han señalado al elegir un programa gubernamental, sino que también hará posible alcanzar los objetivos globales que como naciones hemos establecido, lo que se traduce en una ejecución más efectiva a nivel territorial.