La aldea de Montclar, que se encuentra en el municipio de Mocoa, en el departamento de Putumayo, ha decidido elevar su voz de manera colectiva para denunciar una serie de efectos que consideran constituyen una violación sistemática de sus derechos fundamentales. De acuerdo con las declaraciones de los habitantes, desde hace más de 45 días un grupo que se autodenomina «Denta de la Resistencia» ha mantenido cerrado el camino que conecta esta aldea con Pueblo Viejo, su ruta de acceso principal.

Esta situación ha traído consigo serias consecuencias para la comunidad, afectando su capacidad de tránsito gratuito y el acceso a servicios básicos como la salud, la educación y el suministro de alimentos. Estas son actividades esenciales para la vida cotidiana de los residentes, quienes se sienten cada vez más aislados. Ante esta crisis, los colonos han emitido un llamado urgente a las autoridades competentes para que intervengan y garanticen sus derechos, al mismo tiempo que claman por respeto a la integridad y dignidad de quienes habitan en la zona rural de Mocoa.

«Rechazamos de manera contundente los caminos de facto y la presencia de individuos ajenos a nuestras rutas, los cuales buscan dividir y desinformar. Exigimos respeto por la autonomía de nuestra comunidad y el derecho a decidir sobre nuestro propio territorio», manifestó un portavoz de la Junta de Acción Comunitaria de Montclar.

Una aplicación que se escala al nivel nacional

La queja presentada por la comunidad fue dirigida a diversas autoridades importantes del país, incluyendo el Ministerio del Interior, el Ministerio de Minas y Energía, la Oficina del Fiscal General, el Gobierno de Putumayo y Corpoamazonía, entre otras entidades. Los habitantes de Montclar demandan la creación de una mesa de diálogo institucional, así como investigaciones sobre los hechos ocurridos y la restauración del orden público en la zona.

Durante una reunión reciente, que contó con la presencia de altos mandos de la Policía Nacional y representantes del Ministerio Público, los residentes de Montclar expresaron su firme desacuerdo ante los intentos de permitir que los protestantes ingresen a su territorio, lo cual consideran una intromisión ilegítima que busca la exploración de cobre en las áreas cercanas. Este tipo de acciones han intensificado las tensiones entre la comunidad y los grupos externos.

Falsos ambientalistas?

La comunidad advierte que los líderes del bloqueo están presentándose como defensores del medio ambiente, pero, lamentablemente, están promoviendo información engañosa. Según los residentes de Montclar, se han difundido videos que acusan a la compañía involucrada de «talar montañas usando retroexcavadoras», cuando en realidad solo se están realizando estudios del subsuelo, los cuales se llevan a cabo sin maquinaria pesada y con los permisos legales correspondientes.

Derechos violados, sin respuesta

A pesar de haber presentado una acción de tutela y de haber enviado solicitudes al alcalde Carlos Hugo Piedrahita hace más de un mes, hasta el momento no han recibido ninguna respuesta oficial. Mientras tanto, los habitantes continúan denunciando las restricciones arbitrarias, así como los bloqueos a los vehículos que transportan a niños, ancianos y pacientes, lo que les impide acceder a los servicios de salud y asistencia necesaria.

Por si fuera poco, los moradores han catalogado esta situación como una ironía dolorosa, ya que indican que los manifestantes exigen un acueducto para Pueblo Viejo, cuando la realidad es que el agua que consumen allí proviene de nacimientos de agua, de una acera que ni siquiera cuenta con su propio acueducto, lo que resalta la incongruencia de las demandas actuales.

En conclusión, Pueblo Viejo también ha expresado su postura a través de la Junta de Acción Comunitaria de la Vereda, emitiendo una declaración oficial en la que rechazan el bloqueo y aclaran que los que lo lideran no representan a la mayoría de la comunidad. En su pronunciamiento, hacen un llamado a la intervención urgente de la alcaldía y de la fuerza pública. «Pedimos que se respete nuestra tranquilidad; estas personas, que actúan sin ningún tipo de garantía para la comunidad, están violando nuestros derechos», afirmaron.

«Aquí vivimos del trabajo, no de la mentira. Queremos desarrollo, no confrontación», concluyeron los habitantes de Montclar, reafirmando su deseo de avanzar en paz y con respeto por su autonomía.

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