Los propietarios de Frisby, la célebre cadena de restaurantes colombianos, nunca habrían imaginado que su marca, en el contexto del 50 aniversario, que se estableció el 12 de junio de 1977, se vería envuelta en una disputa legal de carácter internacional. El caso ha generado una notable controversia en torno al uso no autorizado de su marca en España. Tanto los elementos distintivos de la compañía, como su nombre “Frisbsy España SL”, el logotipo y los colores características de los restaurantes, están en el centro de esta disputa legal.
Esta situación surgió tras las acciones de los empresarios españoles, el Sr. Gonzalo Barrenechea Correa y Jacqueline Guillemine Pérez, quienes iniciaron el proceso de registro de la marca en Bilbao, donde se estableció la compañía Frisby España SL. A través de esta acción, se ha cuestionado no solo el uso indebido del nombre, sino también la integridad de la imagen asociada a la marca colombiana.
La noticia ha despertado no solo la solidaridad de algunas empresas colombianas, que comparten el camino y la visión de la marca Frisby, sino también ha generado preocupaciones en el ámbito de los derechos de propiedad intelectual. Expertos en estos temas han señalado que el caso requiere atención urgente en el contexto de un mundo globalizado donde la protección de marcas y nombres comerciales es fundamental.
De hecho, esta situación ha abierto un diálogo significativo sobre la importancia de proteger los derechos de las marcas y de crear una competencia justa. Expertos de Baker McKenzie han indicado que se pueden extraer lecciones valiosas para empresas que buscan expandirse a nivel internacional. Según ellos, la protección de la propiedad intelectual es esencial no solo para salvaguardar activos, sino también para fomentar un entorno de competencia leal y respetuosa.
Frisby España. Foto:Fotomontage de la imagen Frisby España SL
Yuliana Salamanca, consultora de Baker McKenzie Colombia, ha manifestado que “La propiedad intelectual no solo protege los activos de la compañía, sino que también refleja la visión internacional y promueve la competencia saludable”.
Primera lección: Registro internacional
De acuerdo con la perspectiva de Baker McKenzie, es crucial que las empresas registren sus marcas no solo en su país de origen, sino también en mercados donde puedan tener interés de expansión. Herramientas como el Sistema de Madrid simplifican este proceso y contribuyen a fortalecer la protección que ofrecen estas marcas a nivel internacional.
Los expertos advierten que si una marca está registrada únicamente en su país de origen, se deja la puerta abierta para que terceros puedan aprovechar la reputación de dicha marca en otros territorios, como ha sucedido en este caso, donde “la falta de registro en España ha permitido que un competidor utilice un signo similar, lo que genera confusión y potencial daño a la reputación de Frisby”.
Es necesario establecer mecanismos de monitoreo y respuesta temprana para proteger adecuadamente la marca y sustentar su vigencia a largo plazo.
Baker McKenzieConsultoría
Segunda lección: Relaciones claras con socios y aliados
La situación actual de Frisby pone de manifiesto la necesidad de establecer acuerdos claros y duraderos con socios internacionales, ya que esto puede prevenir conflictos sobre el uso de la propiedad intelectual y proteger la integridad de la marca. Cuando un negocio se expande, es común que se establezcan acuerdos de distribución, franquicia o cooperación, donde es vital incluir cláusulas sobre el uso de la marca y otros activos intangibles.
Gonzalo Barrenechea Corrrea, quien registró la marca Frisby en España. Foto:LinkedIn: Gonzalo Barrenechea Correa
Tercera lección: Supervisión constante de la marca
Es imprescindible establecer mecanismos de vigilancia y reacción pronta para poder mantener la protección de la propiedad intelectual. Baker McKenzie sostiene que la gestión de derechos de propiedad intelectual (PI) requiere un monitoreo constante sobre el uso y las actividades que puedan comprometer la marca de forma inapropiada. Esto incluye el seguimiento de marcas similares, la detección de infracciones en línea y asegurar que los derechos estén vigentes y actualizados.
Cuarta lección: Respeto mutuo entre competidores
Finalmente, los expertos subrayan que un tejido de buena práctica comercial se basa en la ética y el respeto en el ecosistema del mercado, lo que mejora la percepción pública de las marcas implicadas. El apoyo expreso de KFC hacia Frisby es un claro ejemplo de responsabilidad empresarial que trasciende la competencia; en vez de intentar capitalizar la vulnerabilidad legal de su competidor, KFC decidió reconocer su herencia y demostrar respeto por su historia.
Acciones del equipo directivo
Liliana Restrepo, presidenta de Frisby, con 48 años de trayectoria. Foto:Redes sociales
Ante este contexto, los directivos de Frisby en Colombia han indicado que mantendrán informada a la opinión pública sobre el avance de la situación, actuando con transparencia y en la confianza construida durante sus 48 años de existencia. Además, reiteraron que están abordando el tema de manera judicial y ante las autoridades competentes en Europa.
Al inicio de este año, la dirección de la cadena de restaurantes reveló sus planes para 2025, con una inversión prevista de 98,000 millones de pesos, el doble de lo que se invirtió en 2024. Estos recursos se destinarán a diferentes iniciativas de infraestructura, incluyendo nuevas aperturas y la remodelación de sus locales en diversas ciudades de Colombia.