Estados Unidos lanzó críticas al presidente Gustavo Petro durante la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que se presentó el informe trimestral sobre La Paz en Colombia. Washington acusó al gobierno colombiano de socavar el progreso hacia la paz duradera con políticas irresponsables y recurrir a la retórica incendiaria en el territorio de América del Norte. Además, cuestionó la expansión de la misión de la ONU en Colombia, señalando que se ha desviado de su propósito inicial de verificar la desmovilización de la FARC para centrarse en prioridades políticas como la justicia de transición y el apoyo a las comunidades étnicas. Estados Unidos advirtió que revisa el mandato de cerca y que evaluará si continúa apoyándolo.

La renovación del mandato, que se votará a fin de mes, es esencial para mantener la verificación de la reincorporación de ex combatientes, garantías de seguridad, la aplicación de sanciones, la reforma rural y el capítulo étnico del acuerdo. Hasta ahora, esta decisión siempre ha tenido un apoyo unánime, incluso los cinco países con poder de veto. Sin embargo, la tensión actual en las relaciones bilaterales, después de la descertificación de Colombia en la lucha anti -flog y las declaraciones de Petro en Nueva York, ha generado incertidumbre sobre el apoyo de Washington.

Sobre la representación de Colombia, el embajador Leonor Zalabata defendió los avances en la implementación del acuerdo y destacó la importancia de la misión de verificación, especialmente en las regiones más afectadas por la violencia. Hizo hincapié en que el acuerdo de paz sigue siendo válido y que el gobierno está comprometido con el cumplimiento de la reparación de víctimas, diálogos con actores armados, formalización de la tierra, fortalecimiento de los consejos comunitarios y la consolidación de mecanismos de seguridad para el ejercicio político.

El jefe de la misión de verificación, Miroslav Jenča, en su primera intervención, presentó un equilibrio de sus primeros días en el país y reiteró que el proceso de justicia de transición es un avance histórico para las víctimas y la reparación. Señaló que, a pesar de los desafíos de seguridad y financiamiento, la misión mantiene un trabajo objetivo y acompañamiento para diferentes gobiernos.

Otros países también hablaron. El Reino Unido destacó las primeras sanciones del JEP, pero solicitó acelerar la implementación de la proximidad del noveno aniversario del acuerdo, además de una mayor protección para los ex combatientes y los líderes sociales. Francia insistió en priorizar la reforma rural y la formalización de la tierra. Dinamarca, por otro lado, instó a expandir la presencia estatal en los territorios más afectados por el conflicto.

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