La Oficina del Fiscal General ha llevado a cabo una significativa presentación ante un juez de control de garantía, donde expuso las contundentes pruebas que vinculan a Samuel Darío Arcia, conocido en el ámbito delictivo como Cangrejo, y a David Alberto Pacheco López, apodado Casarrubia, en la orquestación de un ataque armado que tenía como objetivo a dos miembros de la Policía Nacional en Montería, en el departamento de Córdoba.

Estas personas son acusadas de ser parte integral de la subestructura Javier Yepes Quarry, que opera bajo el mando del ‘Clan del Golfo’, una de las organizaciones criminales más temidas y activas en Colombia. Su arresto se produjo en circunstancias de flagrancia, cuando los individuos fueron sorprendidos mientras caminaban por la vía pública en el barrio Santander. Allí, intentaron localizar de manera específica a dos uniformados, lo que seguramente evidencia su intención de ejecutar un plan violento contra los agentes de seguridad del estado.

Durante el proceso de captura, las autoridades se incautaron de un arsenal que incluía dos revólveres, así como doce cartuchos de diferentes calibres, específicamente de 32 y 38 milímetros. Además, fueron recolectadas otras pruebas que sugieren la implicación de estos individuos en un ‘plan de armas’, un programa que el grupo armado ilegal ha puesto en marcha en su lucha contra la fuerza pública, buscando desestabilizar la seguridad en la región y sembrar el terror entre la población.

En relación con estos delitos, un fiscal perteneciente a la gerencia especializada contra organizaciones penales ha presentado cargos formales contra Cangrejo y Casarrubia por la fabricación, tráfico, apoyo o posesión ilícita de armas de fuego, así como de accesorios, partes y municiones. Sin embargo, la defensa de los acusados ha rechazado dichas acusaciones, indicando que la evidencia presentada por la Fiscalía no cumple con los estándares necesarios para proceder con una condena.

Por su parte, el juez penal de control de garantía ha tomado la decisión de imponer una medida de aseguramiento, privando a los acusados de su libertad y ordenando su ingreso a prisión. Esta acción refuerza el compromiso del sistema judicial colombiano por brindar justicia y garantizar la seguridad de los ciudadanos ante la creciente amenaza de organizaciones criminales.

Es importante señalar que ambos acusados ya tenían antecedentes penales, enfrentando condenas previas relacionadas con el delito de concierto para delinquir agravado. Es destacable el caso de alias Casarrubia, quien, a pesar de sus vínculos con la criminalidad, había logrado recibir recientemente el beneficio de la libertad condicional, lo que resalta la complejidad del tratamiento judicial de estos casos.

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