Colombia se destaca como un país latinoamericano donde la mayoría de sus ciudadanos optan por vivir en alquiler. Según un reciente informe del sector inmobiliario, se estima que los colombianos gastan aproximadamente 60 mil millones de pesos al año en arrendamientos, lo que constituye una parte significativa de su economía.
Este estudio revela que más del 40 por ciento de los hogares colombianos se encuentra en esta situación de arrendamiento, contrastando fuertemente con el promedio de la región, que apenas alcanza el 21 por ciento.
De este modo, Colombia no solo se posiciona a la cabeza en comparación con países como Perú, Paraguay, El Salvador, México, Chile y Argentina, sino que también revela patrones interesantes en los hábitos de vivienda. Por ejemplo, por cada familia que tiene una propiedad arrendada en Perú, en Colombia hay cuatro, y en el caso de Chile y Argentina, la relación es de dos por cada una.
Actualmente, se estima que más de 7.3 millones de hogares en Colombia residen en arrendamientos, superando a los 7.1 millones que viven en propiedades propias, según datos del Departamento de Estadísticas Administrativas. Esta cifra se concentra principalmente en las grandes ciudades, donde la demanda de vivienda es más intensa.
El informe también resalta que «la oferta de vivienda usada se está reduciendo, lo que ha llevado a un aumento en el precio de los alquileres, incrementando la rentabilidad de la inversión en propiedades de arrendamiento.» La disminución en la disponibilidad de propiedades en venta y arrendamiento refleja una mayor demanda, acentuada por la reducción en la construcción de nuevas viviendas, según Mauricio Hernández-Monsalve, autor del estudio.
Un factor adicional influye en este cambio en el mercado: el incremento en el turismo que promueve el alquiler de apartamentos para estancias cortas, también conocido como vivienda turística, lo que ha generado una ola de inversión adicional en el sector.
Según las cifras, el año 2020 fue significativo para el sector de viviendas turísticas, añadiendo 10,855 nuevas propiedades y alcanzando un total de 67,367 en 2024, que representa un crecimiento impresionante de más del 520 por ciento en solo cuatro años.
Mayor migración
La creciente demanda de arrendamientos en Colombia no se debe únicamente al turismo, sino también a la alta migración hacia las grandes ciudades. Este fenómeno ha llevado a un mayor número de hogares alquilados en comparación con aquellos que poseen una vivienda propia.
«La urbanización es uno de los factores clave detrás de este cambio. Más personas se están mudando de áreas rurales a urbanas en busca de opciones de vivienda más flexibles y accesibles,» comenta Mary Ramírez, presidenta de la Federación Colombiana Raiz (Fedelonjas).
El estilo de vida de los jóvenes también se ve influenciado por los modelos de trabajo actuales. Foto:Izock
Añadiendo a ello, la movilidad laboral, especialmente entre los jóvenes, ha propiciado que muchas personas opten por el alquiler. El modelo de trabajo híbrido ha facilitado este fenómeno: «Las nuevas generaciones, como los Millennials, ven el alquiler no solo como una necesidad, sino como una opción sostenible y atractiva.» Muchos optan por arrendar como solución, especialmente quienes enfrentan dificultades para acceder a financiamiento.
Casas pequeñas
De acuerdo con Fedelonjas, un abrumador 88.45 por ciento de los hogares que viven bajo contratos de arrendamiento en el país pertenecen a los estratos 1, 2 y 3. Este hecho pone de manifiesto la falta de acceso a financiamiento y la predominancia del arrendamiento en sectores de bajos ingresos.
Además, la diferencia entre la formación de nuevos hogares y la construcción de viviendas formales constituye otro factor estructural en esta transformación del mercado habitacional. «Entre 2000 y 2025, se formaron 9.1 millones de hogares nuevos, pero solo se construyeron 9 millones de viviendas, de las cuales solo 5.9 millones eran formales», lo que ha obligado a muchas familias a recurrir al alquiler o incluso a habitar viviendas informales, señala el informe.
Mario Ramírez, presidente de Fedelonjas. Foto:Fedelonjas
La composición demográfica de los hogares también contribuye a estos cambios: hoy en día, los hogares en Colombia tienen un promedio de solo 2.86 personas, y la proporción de hogares unipersonales ha aumentado del 17.8 por ciento al 19.8 por ciento en los últimos cinco años.
«La transformación de la estructura familiar colombiana se está redefiniendo. De más de 17 millones de hogares en el país, alrededor de siete millones son hogares sin hijos, lo que refleja una nueva dinámica familiar que impacta las decisiones residenciales. Estas nuevas configuraciones familiares suelen preferir viviendas más pequeñas, menos costosas y con más movilidad, lo que a su vez refuerza la propensión al alquiler», añadió Ramírez.
Qué viene
El informe de la encuesta de BBVE anticipa que una reducción en las tasas de interés será un factor determinante que impulsará la compra de viviendas en el futuro, con proyecciones de que las tasas de préstamos hipotecarios se estabilizarán en niveles históricos promedio.
Se estima que la venta de nuevas viviendas crecerá un 9 por ciento en 2025 y un 11.5 por ciento en 2026. «El incremento en el segmento residencial de la vivienda existente se verá favorecido por mejores condiciones financieras de los hogares y un panorama laboral más favorable», asegura el estudio.
Respecto a la vivienda social, se van a enfrentar a desafíos debido a la incertidumbre sobre la continuidad de subsidios gubernamentales, aunque se prevé que la inversión en este segmento aumente, impulsada por la búsqueda de alternativas habitacionales por parte de familias de mayores ingresos.
«El mercado de arrendamientos expandirá su alcance, especialmente en ciudades como Bogotá y Medellín, y se anticipa que las nuevas preferencias de vivienda irán cambiando. Se estima que habrá un aumento en la demanda de vivienda para ingresos institucionales, lo que atraerá la atención de inversores tanto nacionales como internacionales», concluye el informe.