
Se estima que el parque de vehículos eléctricos e híbridos en Colombia cuenta con casi 200.000 unidades circulando por calles y carreteras -unas 32.760 de los primeros y 166.000 de las segundas-, lo que confirma que la transición a la movilidad eléctrica no sólo no se revierte, sino que también muestra el avance de las estadísticas nacionales. Registro de tráfico (RUNT).
Solo en el período de enero a septiembre de 2025 se matricularon 12.366 vehículos eléctricos, lo que supone un aumento del 170 por ciento respecto al mismo período del año anterior, mientras que El número total de híbridos vendidos en el mismo período fue de 46.352 unidades, un 63,1 por ciento más que hace un año, lo que refleja un salto histórico en la adopción de tecnologías limpias.
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Pero detrás de este avance hay una preocupación creciente: la infraestructura de carga (estaciones eléctricas) no avanza al mismo ritmo. Según Portal de Movilidad, el país cuenta con un cargador público por cada 33 vehículos eléctricos, lo que podría convertirse en un cuello de botella para la expansión del mercado.
«En Colombia, como en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, el crecimiento del parque de vehículos ligeros electrificados en los últimos 4 años ha sido exponencial, con un aumento de casi el cien por ciento en el último año. Sin embargo, «Una de las barreras que aún impide un mayor crecimiento del citado parque de vehículos es la insuficiente disponibilidad de estaciones de servicio, cargadores y redes eléctricas para su suministro energético», advierte el último informe ‘Movilidad Sostenible en América Latina y el Caribe 2025’, elaborado por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade).
Al cierre de 2024, Colombia era el quinto país de la región por número de estaciones de carga para vehículos eléctricos. Si bien es un lugar destacado, está significativamente por debajo de Brasil, que en ese momento tenía 12.700 puntos, México (3.212) y Chile (1.133).
El mismo informe señala que Colombia tiene potencial para convertirse en un productor de componentes para la producción de vehículos eléctricos y baterías, gracias a la disponibilidad de recursos minerales como el níquel y el cobre.
Evinka instaló el pasado 14 de mayo su primera electrolinera en el país en Auto Norte de Bogotá, km 20. foto:Evinka
Sin embargo, Pedro Nel Quijano, presidente de la Asociación de Concesionarios de Automóviles de Colombia (Aconauto), cree que de poco sirven políticas gubernamentales que van «en sentido contrario» a las necesidades del país para impulsar esta industria y la misma transición a la movilidad verde que tanto «proclama».
«Los vehículos eléctricos e híbridos representan hoy el 33,6 por ciento de las ventas (de automóviles). Hace dos años, representaban el 16,4 por ciento. A pesar de declararse ecologistas, quieren mantener fuera de las calles a los vehículos más respetuosos con el medio ambiente aumentando los impuestos y el IVA. ¿Por qué las políticas de transporte son tan complicadas?», afirma el portavoz del sindicato.
Infraestructura rezagada
Vicente Lanza, presidente y cofundador de Ergenio, startup que desarrolla infraestructura de carga inteligente en el país, cree que uno de los principales obstáculos para avanzar en el desarrollo de infraestructura de carga eléctrica es económico. El costo de instalar una estación de carga rápida puede superar fácilmente los 100 millones de pesos, dependiendo del terreno, conexión eléctrica y potencia requerida. A esto se suman los costos de mantenimiento y la falta de incentivos financieros sólidos para atraer inversión privada.
Otro desafío es la interoperabilidad entre redes. Hoy en día, cada empresa gestiona su propio sistema de pagos, aplicaciones y tarifas, lo que fragmenta la experiencia del usuario. «Un conductor puede necesitar utilizar tres o cuatro aplicaciones diferentes para cargar su vehículo en distintas zonas. Esta dispersión desalienta su masificación», explica el directivo.
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Ergenia apuesta por un modelo que combina tecnología, alianzas y datos. Su sistema, impulsado por inteligencia artificial, predice la demanda de carga, optimiza el consumo energético y ofrece soluciones personalizadas a empresas y usuarios. «La movilidad eléctrica no puede depender sólo del entusiasmo de los usuarios. Colombia necesita un ecosistema integral que combine infraestructura inteligente, incentivos y colaboración multisectorial. 2026 podría ser el año en el que pasemos de la adopción inicial a la adopción masiva del vehículo eléctrico”, subraya Lanza.
Entre las soluciones propuestas por la empresa para acelerar la adopción de esta tecnología el próximo año se encuentran asociaciones público-privadas (APP) que permiten la ubicación de estaciones en puntos estratégicos como corredores logísticos, terminales y centros de negocios.
Ampliar los incentivos regulatorios y financieros que faciliten la inversión en infraestructura y reduzcan los costos de adopción.; Aproveche tecnologías como la inteligencia artificial para predecir la demanda de carga, optimizar el consumo de energía y ofrecer experiencias personalizadas a los clientes.
Finalmente recomiendan impulsar nuevos modelos de negocio, en los que los aliados empresariales conviertan sus espacios -estacionamientos, centros comerciales o almacenes- en hubs de electromovilidad sin incurrir en costes iniciales.
En Colombia, Terpel Voltex ha apostado por esta movilidad y cuenta con 24 estaciones de carga rápida. foto:Edwin Ciacedo. TIEMPO
Por su parte, Evinka insiste en que la transición sólo será sostenible si el país garantiza energía fiable, precios competitivos y seguridad en las estaciones. «La red debe crecer con la visión de país, no sólo como un conjunto de proyectos aislados», advierten sus portavoces.
Iniciativa privada
El rápido crecimiento de la flota de vehículos eléctricos e híbridos enchufables refleja una creciente preferencia por alternativas limpias, impulsada por los altos costos del combustible y los incentivos fiscales.
Sin embargo, el país aún enfrenta un escenario desigual. La mayoría de los puntos de recarga se concentran en Bogotá y Medellín, mientras que los corredores interurbanos –cruciales para los viajes de larga distancia– son raros o inexistentes. Esto dificulta la difusión de los vehículos eléctricos fuera de los grandes centros urbanos.
La empresa Evinka, una de las pioneras en infraestructuras de carga pública, ha anunciado la instalación de 220 nuevas estaciones de carga eléctrica en 2025, de las cuales 200 serán de carga lenta y 20 de carga rápida. Aunque se trata de una mejora significativa, todavía es insuficiente en comparación con el ritmo de crecimiento del parque de vehículos. “El desafío no es sólo instalar cargadores, sino lograr que estén donde los usuarios los necesitan: en vías estratégicas, centros comerciales, zonas industriales e intermunicipios”, señala la empresa.
En otro frente, el gigante energético Terpel avanza en la consolidación de su red Voltex, con 28 puntos de recarga para vehículos privados y 10 hubs para transporte pesado, que conectan los principales corredores viarios. La compañía, que ya atiende a más de 2.000 clientes mensuales, prevé seguir ampliando su red dentro y fuera de las estaciones de servicio.
“Nuestro compromiso con la transición energética avanza. Gracias a estas estaciones acercamos soluciones más sostenibles a los usuarios y fortalecemos nuestro ecosistema”, afirmó Juan Daniel Rueda, nuevo gerente de movilidad de Terpel.
Las estaciones Terpel cuentan con 3 conectores, cada uno con un tipo de conexión diferente. foto:Edwin Caicedo. TIEMPO
Una startup colombiana especializada en infraestructura de carga de vehículos eléctricos, Ergenia, por su parte, planea instalar y operar más de 100 estaciones DC en Colombia durante los próximos 18 a 24 meses, para lo cual ya ha recaudado $400.000 en capital semilla.
Kia Colombia, en alianza con Dielco, inauguró nuevos puntos de carga para vehículos eléctricos ubicados en la Ciudad U a finales de agostoen la sede de la Universidad de los Andes, consolidando su compromiso con la movilidad sostenible y la ampliación de la infraestructura de carga en Bogotá.
El equipo, instalado en los estacionamientos del complejo, ya se encuentra operativo y ofrece cargadores rápidos de 24 kW (DC) y cargadores lentos de 7,5 kW (AC), a disposición del público en general.
EPM ofrece a la comunidad 23 estaciones de carga públicas, ubicadas en puntos estratégicos como centros comerciales, parques y gasolineras, entre otros, que permiten cargar los vehículos en periodos de tiempo entre 20 minutos y 2 horas.
Así lo afirmaron portavoces de la empresa. La carga pública tiene dos modalidades de pago: pospago mediante tarjeta inteligente sin contacto, previamente asignada al cliente, cuyo consumo se carga a la cuenta de servicios de EPM. o pago instantáneo a través de la app de EPM en el botón de movilidad eléctrica, vinculando una tarjeta de crédito o débito.
En los próximos meses, EPM pondrá en operación nuevas estaciones de servicio públicas verdes en los centros comerciales Makro San Juan, Viva Laureles y Sandiego, en el distrito de Medellín, así como una nueva estación cerca del Aeropuerto José María Córdova, en el municipio de Rionegro.
el futuro
La tendencia es clara: los vehículos eléctricos e híbridos enchufables representan ya cerca del 34 por ciento del mercado nacional en 2025, una cuota impensable hace apenas tres años. Pero para que el crecimiento sea sostenible, la infraestructura tendrá que multiplicarse a un ritmo mucho más rápido.
Si el país quiere alcanzar los objetivos de neutralidad de carbono para 2050, deberá hacer de los puntos de carga una prioridad nacional. Empresas como Ergenia, Terpel y Evinka ya están lanzando chips, pero el directorio requiere más actores, más inversión y una visión compartida.
El futuro de la movilidad eléctrica en Colombia depende no sólo de cuántos autos se vendan, sino también de dónde y cómo se pueden cargar.