Durante el primer trimestre de este año, se observó una notable disminución en el consumo por parte de los hogares en Colombia. Este descenso se ve reflejado en la venta de bienes a través de los minoristas conocidos como «tiendas de vecindario». Según el análisis realizado por un servicio especializado en examinar el canal de venta tradicional, las cifras indican que las ventas en este sector han disminuido en un 3.6 por ciento en comparación con el mismo período en 2024.
En total, se estima que hay alrededor de 450,000 empleos en Colombia que están relacionados con este sector, representando aproximadamente un 40 por ciento del mercado laboral del país. En conjunto, estas tiendas brindan trabajo a cerca de 575,000 personas, y más de un millón de familias dependen económicamente de dichas empresas, según datos de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco).
A pesar de que el segmento de ingresos bajos sigue siendo leal a las tiendas tradicionales, la caída en el ingreso promedio significa que las transacciones se han reducido en un 11.7 por ciento durante este período, lo que se traduce en una disminución del 12.4 por ciento en el consumo general.
El análisis detalla que el rendimiento de estas unidades de negocio ha sufrido cambios significativos, como resultado de la presión económica sufrida por los hogares, junto con una desaceleración estructural que se ha manifestado en una contracción del 8.6 por ciento en comparación con el mismo trimestre del año anterior, 2023.
«Las cifras indican una eventual disminución en el consumo popular. Aunque se observa una leve estabilización en los datos trimestrales de 2024, el comercio en el vecindario no muestra señales claras de recuperación frente a las influencias macroeconómicas y sociales que marcaron el año 2023. Estas alteraciones son cada vez más evidentes en las decisiones de compra «, comentó Juan Pablo Muñoz, líder en servicios de análisis.
El comercio representa unidades productivas que satisfacen necesidades básicas de la población. Foto:Esneyder Gutiérrez
Más ciudades afectadas
Además, el análisis destaca una desaceleración del 5 por ciento en las ventas de 12 categorías de productos que son parte integral de la oferta de estos comerciantes. Este indicador, que a menudo se utiliza para entender el comportamiento real del gasto, indica que «la inflación, los impuestos al consumidor y las estrategias de precios del mercado continúan afectando distrayendo el análisis del valor real de las ventas.»
Al examinar el rendimiento de las tiendas situadas en distintas ciudades, se encontró que las urbes con mayores presiones inflacionarias, según el IPC anual para marzo de 2025, fueron Bogotá, Bucaramanga y Pereira. A pesar de que no se observó un crecimiento en la cantidad de boletos para gastar, estas ciudades mostraron una mayor sensibilidad a las variaciones de precios, lo que impacta directamente la dinámica del consumo local.
«Es fundamental, hoy en día, evaluar cómo se están moviendo realmente las unidades en las tiendas, ya que esto refleja una contracción efectiva del consumo, que no se puede identificar fácilmente cuando se considera la inflación de precios, impuestos o márgenes», continuó Muñoz.
Desafíos para el comercio
En su más reciente blog, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, indica que en marzo las ventas comerciales mostraron un comportamiento más favorecedor en comparación con el año anterior. Aun así, la incertidumbre y el pesimismo continúan siendo predominantes. Según el 34 por ciento de los comerciantes consultados, las cantidades vendidas físicamente en marzo superaron a las de marzo del año pasado, mientras que el 66 por ciento consideró que las cifras eran similares (42 por ciento) o incluso inferiores (24 por ciento).
Jaime Alberto Cabal, presidente del Gremio de Comerciantes de Fenalco. Foto:Santiago Saldarriaga. Archivo de tiempo
En cuanto a las expectativas de los minoristas en el contexto actual, se ha observado que la incertidumbre sigue siendo una constante en las respuestas de los encuestados. Durante marzo, el 38 por ciento de ellos manifestó confiar en que las condiciones mejorarían, mientras que el 62 por ciento consideraba que la situación de sus negocios seguiría siendo la misma o incluso empeoraría. Comparado con febrero, hubo una leve mejora atribuida a la implementación de reformas en el sector.
Los analistas también exploraron cómo se comportaron las ventas durante fechas especiales y eventos culturales. Por ejemplo, durante el Carnaval de Barranquilla, que tuvo lugar del 1 al 4 de marzo, las ventas de bebidas crecieron un 6 por ciento dentro de la estructura de ventas, con incrementos significativos en categorías como RON (+218 por ciento) y whisky (+88.2 por ciento). Sin embargo, productos como lácteos de larga duración y cigarrillos experimentaron una disminución, evidenciando cambios en las preferencias de compra durante estas celebraciones.
Los comportamientos de consumo también fueron notables en fechas especiales como el Día de la Mujer y el Día del Hombre, según lo destaca el informe. Así, las ventas del 8 de marzo, Día de la Mujer, mostraron un aumento del 25.7 por ciento en comparación con el mismo día del año anterior.
«El consumo de chocolates creció un 171 por ciento. No obstante, en comparación con el año pasado, el Día del Hombre registró una baja en las transacciones respecto al mismo día el año anterior», acotan los analistas del servicio.
Perspectivas de futuro
En este contexto, el segundo trimestre plantea nuevos retos y oportunidades, según los analistas. Por un lado, se anticipa que eventos como el Día de la Madre, que influye considerablemente en el comercio, sumado a los nuevos días deportivos, especialmente vinculados al fútbol, contribuirán a una leve reactivación del gasto, particularmente en categorías relacionadas con detalles y celebraciones.
Kolombia logró una victoria de 2-1 sobre Argentina en las eliminatorias para la Copa Mundial. Foto:Vanexa Romero / El Tiempo
Sin embargo, también se subraya que las condiciones macroeconómicas adversas podrían seguir restringiendo el poder adquisitivo en el sector central, lo que podría potenciar la tendencia hacia el comercio tradicional en un rango bajo.
«El vecindario continúa siendo un termómetro del comportamiento económico popular. El desarrollo de los próximos meses dependerá en gran medida de la capacidad de las marcas para activar el canal de ventas con ofertas relevantes y adecuadas a la inflación, así como la movilización del costo durante fechas clave del calendario cultural colombiano», concluyó Muñoz.