Desde el momento en que Daniel Quintero Calle fue incluido como uno de los candidatos en la consulta interna del histórico pacto para definir la candidatura presidencial de la izquierda en 2026, comenzaron los conflictos internos. Con una carrera política que antes pasó por sectores tradicionales y con una impronta de estilo confrontacional, Quintero generó inquietudes entre los sectores progresistas. Al lanzarse a la carrera respaldado por el presidente Gustavo Petro, tensó las relaciones internas y fue visto como un outsider dentro de la alianza.

Su campaña interna estuvo llena de símbolos (banderas, arengas, denuncias) y también de muchas cuestiones jurídicas y políticas. Sin embargo, cuando la consulta del 26 de octubre ya había comenzado -y los carteles estaban impresos con su rostro- el exalcalde de Medellín dio un paso sorprendente: anunció que se retiraba del proceso. Esa decisión no sólo suspendió su candidatura, sino que también desató una crisis orgánica dentro del pacto histórico.

El origen de la disputa

  1. Política de Registro y Confirmación del Presidente
    Quintero contó antes de la consulta con el apoyo de varios miembros del Pacto (Polo, Comunista, Unión Patriótica), pese a no estar afiliado formalmente a ellos. Su candidatura fue apoyada abiertamente por el presidente Petro, lo que generó sospechas de favoritismo y de que el proceso estuvo sesgado desde el principio.
  2. Disputa legal sobre la naturaleza de la consulta.
    Uno de los principales ejes de la disputa interna fue que el Consejo Nacional Electoral (CNE) impidió que en las boletas se utilizara el logo del Tratado de Historia, lo que derivó en que la papeleta fuera marcada con los logos de los partidos que apoyaron la preelección. Convirtió el ritual electoral (que intentaba tener una naturaleza partidista) en algo más parecido a una consulta entre partidos. Quintero argumentó que este cambio violaba garantías jurídicas, pues podría impedir su posterior participación en la llamada consulta del Frente Amplio en 2026.
  3. Acusaciones y escenarios internos
    Al mismo tiempo, se reveló información sobre investigaciones en curso y denuncias sobre el sistema de influencia de familiares cercanos al entorno de Quintero. Algunos sectores del Pacto Histórico habrían perdido la confianza al notar que su campaña se desarrollaba con el apoyo de instituciones del gobierno nacional, provocando frustración entre precandidatos como Iván Cepeda y Carolina Corcho.
  4. Jubilación inesperada
    La madrugada del 15 de octubre de 2025, Quintero anunció que no participaría en la consulta del 26 de octubre, alegando la inseguridad jurídica del proceso ante lo que llamó un «cambio unilateral en las reglas del juego» por parte del CNE. Según fuentes de prensa, la llamada al presidente Petro antes del anuncio fue parte de una estrategia coordinada. Aun así, su nombre permanecerá en las boletas porque no hay tiempo para reimprimirlas.

Respuesta al retiro y consecuencias

  • Dentro de la convención histórica
    Los otros dos precandidatos, Iván Cepeda y Carolina Corcho, confirmaron su permanencia en la consulta aunque dudaron de que el mecanismo estuviera deformado. Cepeda, con el apoyo del ala más tradicional de los progresistas, ha declarado que no dará un paso atrás. Sin embargo, la salida de Quintero deja al movimiento fragmentado y expone sus debilidades organizativas.
  • Del campo presidencial
    Gustavo Petro calificó el retiro como un «golpe antidemocrático» del CNE y denunció que la consulta fue interrumpida. Su apoyo inicial a Quintero había generado críticas de quienes acusaban que esta cercanía socavaba la autonomía del proceso.
  • Cursos judiciales y judiciales.
    El retiro no aclara definitivamente la capacidad de Quintero para participar en la consulta del Frente Amplio en marzo. Algunos expertos sugieren que tras ser incluido en esta consulta de octubre, podría encontrarse en conflictos por doble militancia o inhabilitación legal en días posteriores.

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La salida de Quintero elimina un elemento inmediato de tensión, pero deja una herida abierta en el pacto histórico: la dificultad de alinear el nuevo liderazgo con una estructura partidaria unificada. Mientras Cepeda se fortalece como figura central en la consulta y Corcho juega su carta de transversalidad y credibilidad social, el movimiento enfrentará el desafío de recuperar cohesión y legitimidad de cara a las elecciones presidenciales de 2026.

El episodio también reaviva un debate más profundo: ¿quién define las reglas internas de los movimientos políticos en Colombia? ¿Hasta qué punto la influencia del Estado puede mediar en los procesos internos sin comprometer la autonomía política?

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