La reciente inundación del río Sinú en el municipio de Tierralta ha generado serios daños y ha causado un impacto profundo en la comunidad. Este desastre natural fue precipitado por un desvío realizado en 2022 en la cuenca media del arroyo Jui, una acción que se ejecutó sin los permisos y licencias ambientales necesarios. Esta situación ha generado gran preocupación entre los residentes y las autoridades locales, quienes se ven obligados a enfrentar las consecuencias de una intervención irregular en el ecosistema.
La corporación autónoma regional de los valles de Sinú y San Jorge (CVS) ha tomado cartas en el asunto. A través de una visita técnica llevada a cabo por su equipo de gestión de riesgos durante el año, se descubrió que había habido una intervención no autorizada en la cuenca media del barranco. Esta intervención no solo fue un acto irresponsable, sino que también puede ser catalogado como un delito ambiental. La CVS ha expresado su firme compromiso de investigar la situación y tomar las medidas adecuadas para garantizar que se cumplan las normativas ambientales.
El informe técnico elaborado por la CVS detalla que la administración municipal realizó un desvío del canal natural en una sección aproximada de 528 metros de longitud. Esta acción pone de relieve la falta de diligencia por parte de las autoridades locales al ignorar las regulaciones que exigen permisos para cualquier tipo de intervención en el agua y su cauce. Las licencias ambientales y las autorizaciones necesarias para la ocupación del canal son componentes cruciales para preservar el equilibrio ecológico y prevenir desastres como el que actualmente viven los habitantes de Tierralta.
Ante esta grave situación, las autoridades ambientales de la región han llamado a las entidades responsables a actuar con rapidez. El objetivo de estas acciones es prevenir que la temporada de lluvias continúe causándole problemas graves a la población. Es urgente que se implementen medidas de mitigación y que se efectúen estudios detallados sobre el impacto ambiental de la intervención no autorizada. Solo así se podría evitar que episodios como la reciente inundación se repitan en el futuro, amenazando la vida y los bienes de las personas que habitan en esta zona.
La comunidad de Tierralta no solo necesita respuestas, sino también acciones concretas que garanticen su seguridad y protección. Por lo tanto, se espera que las autoridades tomen en consideración las recomendaciones de la CVS y se comprometan a restaurar el canal a su estado natural y a implementar planes de gestión de riesgos adecuados. La regeneración del ecosistema es vital para asegurar la salud ambiental y el bienestar de todos los habitantes de la región, quienes dependen de este recurso hídrico para su vida diaria.