Apolinar Paniagua, el legendario campeón de Millonarios en 1972, se ha convertido en un símbolo resonante en la memoria colectiva de los hinchas del Bogotá Club. Sin embargo, a sus 78 años, la realidad de Paniagua contrasta drásticamente con aquellos días de celebración y triunfo, hallándose actualmente en una situación precaria en las calles de Asunción, Paraguay, un escenario que parece distante de la gloria deportiva que una vez experimentó.
(Cabe mencionar que ha desestimado su regreso a Millonarios para el año 2025, lo que ha provocado reacciones entre los aficionados).
La difícil situación de Paniagua ha salido a la luz gracias a un video compartido por el periodista Hernán Peláez. En la impactante grabación, se puede observar a Paniagua sentado en una acera, vestido con ropa desgastada, mientras intenta articular sus pensamientos sobre su trayectoria en el mundo del fútbol. Esta desgarradora imagen ha generado gran conmoción entre quienes todavía lo identifican como una figura clave en el deporte, evocando recuerdos de su esplendor en el campo de juego.
A lo largo de su carrera, Paniagua también vistió las camisetas de clubes como Antofagasta en Chile, así como de los equipos paraguayos Olimpia, Libertad y Guaraní, y también de Pereira Deportivo y Tampico Madero en México. Su paso por el ‘embajador’, como se le conoce a Millonarios, fue un momento culminante que le permitió conquistar un título que lo inmortalizó como ícono entre sus seguidores.
Tras la difusión del preocupante video, encontraron eco en las redes sociales diversas campañas de solidaridad. Fans y periodistas se unieron con el propósito de extendérsele ayuda. Algunos, incluso, propusieron alternativas viables para mejorar sus condiciones de vida actual, creando una ola de empatía y apoyo hacia el exfutbolista.
El video se ha vuelto viral, acumulando más de 500 mil vistas. Esta cifra inusual ha dejado a muchos en estado de incredulidad, cuestionando cómo un campeón con Millonarios puede estar viviendo en medio del abandono y el olvido, en un entorno tan hostil como las calles de Asunción, muy lejos del homenaje y reconocimiento que merecería por su legado en el fútbol.
Esta situación ha desencadenado un torrente de emociones y conversaciones sobre la vida de los deportistas después de su retiro, resaltando la necesidad de mayor apoyo y atención hacia sus necesidades, especialmente para aquellos que han dado tanto al deporte. La historia de Apolinar Paniagua es un recordatorio aleccionador del impacto que el tiempo y la falta de recursos puede tener en las vidas de quienes, en su momento, alcanzaron la cúspide del éxito deportivo. Su historia merece ser contada, no solo para honrar su legado, sino también para fomentar un cambio que evite que otras leyendas deportivas enfrenten un destino similar.
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