La reciente llegada de miles de personas indígenas desde Minga a la Universidad Nacional de Bogotá ha desatado una intensa polémica y fuertes críticas. Principalmente, estas críticas han provenido de diversos partidos políticos que han denunciado la situación, alegando que el «tomar» las instalaciones debía ser visto como un acto de ocupación que cuenta con la autorización del gobierno.

Las autoridades universitarias, junto con el alcalde de Bogotá, han salido al paso de estas acusaciones, argumentando que existe un acuerdo formal que permite la recepción de los pueblos indígenas dentro del marco de las centrales eléctricas. Este punto ha sido central en el debate, ya que se busca enmarcar la situación en un contexto de diálogo y entendimiento.

La presencia de un vasto grupo de miembros indígenas de Minga en la Universidad Nacional ha generado una fuerte controversia, planteando críticas directas al gobierno. La situación ha escalado al punto de que Diego Torres, maestro de la agencia, utilizó plataformas de redes sociales para condenar lo que considera una toma amenazante de las instalaciones, sugiriendo que la situación se ha vuelto peligrosa, incluso mencionando la presencia de machetes entre algunos de los manifestantes.

Quejas sobre «tomar» y críticas al gobierno

Las quejas relacionadas con el «tomar» de las instalaciones encontraron rápidamente eco en la oposición política. La senadora Maria Fernanda Cabal ha sido una de las principales voces en este sentido, acusando al gobierno de Gustavo Petro de permitir acciones que podrían resultar perjudiciales, no solo para la normalidad académica, sino también para la seguridad pública. Además, exfuncionarios como Gustavo Niño, quien fue Secretario de Defensa, y el ex candidato presidencial Enrique Gómez, también se han sumado a las críticas, rechazando abiertamente la interrupción de las actividades académicas que se ha generado como resultado de estos eventos. La ex vicepresidenta Marta Lucía Ramírez no se quedó atrás, cuestionando directamente al presidente Petro y responsabilizándolo por los potenciales daños que podrían derivarse de esta situación.

Las disputas han llevado a que tanto la Universidad Nacional como el consejo del Gobierno de Bogotá emitan comunicados oficiales que clarifican las circunstancias. A pesar de que la universidad no abordó directamente las quejas planteadas por el profesor Torres, sí lanzó una declaración que resaltaba que la llegada de Minga fue coordinada y consensuada con representantes del gobierno tanto nacional como distrital, así como con distintas comunidades indígenas. Se definió que las áreas de insonorización serían parte de la infraestructura utilizada durante su estadía, la cual está programada hasta el 2 de mayo.

La Universidad enfatizó que este acuerdo no solo busca establecer un espacio de recepción adecuado, sino que también tiene como objetivo garantizar que se respete el desarrollo normal de las actividades académicas durante la presencia de Minga.

Por su parte, el gobierno de Bogotá se mostró dispuesto a facilitar la llegada de Minga, asegurando que se tomarían medidas para garantizar un desarrollo pacífico de las actividades, así como proporcionaría atención médica, seguridad y alojamiento a los participantes. Tras una reunión con el Ministerio del Interior y representantes del Pueblo Indígena, se decidió que el Tercer Parque Milenio y la Universidad Nacional serían puntos de recepción, con el apoyo organizativo de múltiples partidos regionales. Tanto la Oficina del Alcalde como la Comisión Minga expresaron su agradecimiento por la medida institucional y el esfuerzo conjunto para asegurar tanto la seguridad como el respeto hacia la diversidad dentro de este contexto.

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