
Las pérdidas o ‘hurtos hormiga’ le costaron al comercio colombiano más de 856.000 millones de pesos el año pasado, un 7,5 por ciento más que en 2023, lo que equivale a 36.000 empleos o 18.000 viviendas de interés social (IVS), situación que ha encendido la alarma en el sector desde que este factor del flagelo sectorial se convirtió en el principal. minoristasegún voceros de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco)
Sólo las pérdidas de los supermercados por este fenómeno delictivo superaron los 160.000 millones de pesos, señaló Jaime Aberto Cabal, presidente de la asociación.durante la última edición de Góndola, el encuentro más importante del retail colombiano, donde se presentaron los resultados del ‘Inventario Nacional de Residuos 2024’, elaborado por We Team con el apoyo de Sensormatic.
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El estudio, que recoge datos operativos y contables del sector de supermercados entre enero y diciembre del año pasado, incluye hurtos internos, hurtos externos, errores y despilfarros.
El panorama presentado ilustra la magnitud del fenómeno que, más allá de la influencia contable, Esto ralentiza la inversión, encarece los negocios y socava la confianza en las empresas.
«Vemos el mayor aumento proporcional en el robo interno, un fenómeno que preocupa no sólo por su impacto económico, sino también porque revela el deterioro de los valores y la confianza al interior de las empresas”, advirtió Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.
Jaime Alberto Cabal es el actual presidente de Fenalco, fue ministro de Fomento y embajador. foto:Néstor Gómez. TIEMPO
Robo interno en aumento
Aunque las medidas contra el robo externo han mejorado, el robo interno ha aumentado un 12 por ciento y ya representa una parte importante de las pérdidas desconocidas, según el censo. Este tipo de delitos, cometidos por empleados de las propias tiendas o almacenes, ascendieron a 67.948 millones, mientras que los hurtos externos -atribuidos a clientes o bandas organizadas- sumaron 92.136 millones.
El informe muestra que las bandas organizadas representan el 74 por ciento de los robos externos, con modalidades cada vez más sofisticadas: utilizar bolsas de aluminio para evitar alarmas, cambios de códigos de barras, billetes falsos, devoluciones falsas o complicidad con los empleados. También se han descubierto tácticas para distraer al personal, como utilizar a menores, adultos mayores o incluso barrigas y cochecitos falsos para ocultar mercancías.
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Según el informe, el valor de la reducción -es decir, la diferencia entre el inventario teórico y el real- representó el 1,6 por ciento de las ventas del sector y el 1,17 por ciento del precio del producto. En un entorno de ventas moderadas y márgenes bajos, esa pérdida puede definir la rentabilidad de una cadena o cerrar una tienda.
“Vemos un doble golpe: menos ventas y menos inversión en control. Esto abre espacio para que aumenten los robos de hormigas, las filtraciones internas y los desperdicios”, explica Leonardo López Herrera, director de estudios de We Team Colombia y responsable técnico del censo.
Según el censo, seis de cada diez supermercados han reducido sus presupuestos de prevención de pérdidas respecto a 2023, dejando mayores vulnerabilidades.
El hurto externo -atribuido a clientes o bandas organizadas- sumó 92.136 millones de pesos en 2024. foto:Carlos Arturo García M.
La mayoría de los productos robados.
El estudio incluye un ranking de las categorías más afectadas por robos de hormigas o pérdidas operativas. En 2024, los diez productos más robados en los supermercados colombianos son:
- Comestibles
- Artículos para el hogar (como utensilios de cocina y ropa interior, que se enumeran por primera vez)
- carne fría
- Espíritu
- dulces y chocolates
- Artículos de tocador personales
- Atún y otros productos enlatados
- dispositivos electronicos
- Leche
- refrescos
La razón, dice Fenalco, es que sSe trata de productos de alto consumo, fácil reventa o autoconsumo y con esquemas de seguridad más débiles.
«Los delincuentes operan donde hay menos riesgo y es más fácil salir. Las organizaciones criminales se adaptan rápidamente y aprovechan cada oportunidad para robar bienes», explicó Cabal.
Fenalco advierte que el robo y acaparamiento de hormigas no es un problema comercial aislado, sino más bien un reflejo de la inseguridad general y el deterioro económico. En su última encuesta de opinión empresarial, el gremio identificó la inseguridad y la incertidumbre regulatoria como los dos factores que más preocupan hoy a las empresas colombianas.
El censo muestra que la eficiencia en el procesamiento de casos de robo ha caído drásticamente: mientras en 2023 avanzaban el 56 por ciento de los procesos en las ciudades capitales, en 2024 esa cifra bajó al 36 por ciento; en los municipios medianos, el indicador aumentó del 28 al 19 por ciento.
La eficiencia en el procesamiento de casos de robo cayó al 36% en 2024, en comparación con el 56% en 2023. foto:Carlos Arturo García M.
Acciones más importantes
Ante este panorama, Fenalco pidió a las autoridades nacionales y locales intensificar la investigación y persecución de las redes criminales y llamó a las empresas a no relajar sus protocolos internos.
El documento también sugiere que la inversión en tecnología podría ser la clave para revertir la tendencia. Entre las medidas de control más valoradas por las cadenas se encuentran las etiquetas electrónicas, el circuito cerrado de televisión, los sistemas de auditoría interna y los programas de sensibilización del personal.
El objetivo, dice López Herrera, debería ser convertir la prevención de pérdidas en una estrategia de protección de ganancias, utilizando inteligencia artificial y herramientas de análisis de datos.
«Cada punto de reducción recuperado se puede transformar en rentabilidad, inversión o empleo. Lo que hoy se pierde en bienes podría invertirse mañana en expansión o innovación», señaló.