

Bajo estrictas medidas de seguridad y vigilancia, un nuevo grupo de aproximadamente 200 prisioneros colombianos fue deportado de Ecuador a Colombia durante la tarde del martes 29 de julio, a través del Puente Internacional de Rumichaca, en la ciudad fronteriza de Ipiales, Nariño.
La información fue confirmada por el alcalde de Ipiales, Amílcar Pantoja, quien explicó que las autoridades colombianas de la libertad privada de la libertad fueron recibidas por las autoridades colombianas como el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Oficina del Defensor del Pueblo, la Personería Municipal y los representantes de la administración local. Este segundo contingente se suma a los más de 300 deportados durante el fin de semana anterior, como parte de una estrategia del gobierno ecuatoriano para reducir la sobrepoblación de la prisión.
Los deportados, entre hombres y mujeres, cumplieron sanciones por delitos como homicidio, tráfico de drogas, terrorismo, abuso sexual, tráfico de armas, secuestro y robo, entre otros. Muchos de ellos aún no habían alcanzado el 50 % de su sentencia en las cárceles del país vecino.
La operación es parte del plan anunciado por el presidente ecuatoriano Daniel Nnovera, quien informó la deportación de hasta 1,000 ciudadanos colombianos como parte de un proceso para aliviar la crisis penitenciaria que cruza su país. Sin embargo, la medida ha sido cuestionada por el Ministerio de Relaciones Exteriores colombianos, siendo una decisión unilateral y sin comunicación previa oficial.
En esta segunda fase del proceso, los reclusos fueron transferidos de centros de prisión ubicados en Ambato, Carchi, Imbabura y Napo. Después de su paso por la frontera, fueron conducidos por autobuses a ciudades como Cali, Bogotá, Medellín, Armenia y Pereira, donde continuarán su proceso judicial bajo custodia del sistema penitenciario colombiano.
«Hemos activado un plan de contingencia y refuerzo de la fuerza pública en Ipiales para garantizar la orden durante esta operación de regreso. Esperamos que el trabajo conjunto con el gobierno nacional y el gobierno de Nariño permanezcan en futuras deportaciones», dijo el alcalde Pantoja.
El defensor del pueblo también hizo una presencia activa en el sitio, proporcionando asesoramiento legal, acompañamiento humanitario y orientación a los nacionales. «Desde la frontera estamos garantizando los derechos de quienes regresan al país, en medio de un proceso que debe seguir las pautas de respeto por los derechos humanos», dijo la entidad en un comunicado.
Con este nuevo grupo, ya hay más de 500 prisioneros colombianos de Ecuador. Se espera que las deportaciones continúen durante los próximos días hasta que se complete la cifra anunciada por las autoridades ecuatorianas.