A pesar de que el gobierno y los actores responsables tienen atribuciones sobre algunas de las carreteras 4G, ha llegado el momento de tomar decisiones sobre la liquidación de estos contratos mediante un acuerdo mutuo. Esta situación podría ser una oportunidad para que el Presidente Germen Arca Zapata, el presidente de la Fiduciaria Columbia (Asophiducia), aborde las necesidades pendientes que quedan marradas a este asunto.
El líder sindical, en una reciente entrevista concedida a El Tiempo, expresó que primeramente, es crucial entender que ambas partes están involucradas. Es fundamental reconocer las razones que han llevado a las fuerzas en conflicto a obstaculizar el progreso en estas iniciativas, lo que ha conducido a la decisión de poner fin a los actuales acuerdos.
Con estos temas en manos, es esencial seguir los procedimientos legales que tienen plazos estrictos de observancia, lo que evitaría futuras acciones legales y, si todo marcha adecuadamente, estos recursos solo podrían asignarse al presupuesto desde 2026. En última instancia, será el Congreso de la República el que deberá aprobar su utilización en los planes gubernamentales.
El presidente Petro, a través de su cuenta en X y en diversas reuniones de ministros, está haciendo hincapié en la necesidad de utilizar los recursos que no se ejecutaron en las concesiones para construir ciertas carreteras 4G, que permanecen bajo la administración de un fiduciario.
Los concesionarios que lideran el desarrollo de estas carreteras, junto con la Cámara de Infraestructura Colombiana (CCI), han hecho hincapié ante la Autoridad Ejecutiva que una de las principales razones que ha impedido avanzar en el inicio de estas obras ha sido la ausencia de permisos que deben ser emitidos por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANA). Antes de que se lleve a cabo esa evaluación, están dispuestos a colaborar con la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) para desbloquear la construcción de estos proyectos, un proceso que ha tomado más de tres años.
Germán Arce Zapata, en su papel como portavoz del sector fiduciario colombiano, ha presentado estas editoriales que se mantienen bajo custodia y que, entre otras cosas, incluyen recursos destinados a la construcción de las carreteras 4G y 5G, así como los posibles resultados de cómo el gobierno podría aprovechar estos fondos. Ello incluye:
Germán Arce Zapata, presidente de la Asociación Fiduciaria Colombiana. Foto:Asofiducios
¿Por qué los recursos de carreteras 4G y 5G se encuentran en Fiducia y no en otro instrumento financiero del mercado?
Los fondos correspondientes a los programas de infraestructura de cuarta y quinta generación se fundamentan en la ley que delinea el mecanismo y el propósito de su aplicación a través de la Fiducia. Las leyes presupuestarias, junto con el Consejo Superior de Política Fiscal (CONPES), asignan recursos mediante validez futura y asignaciones que garantizan que los costos a largo plazo serán cubiertos en el momento adecuado. Este vehículo busca asegurar que se respete el núcleo legal del contrato, siguiendo siempre un camino definido en el tiempo, sin interrupciones, manteniendo las características y condiciones establecidas en estos contratos.
El debate sobre ell motivo por el que estos recursos están en un fideicomiso y no en cuentas bancarias radica en que se busca proteger la ejecución del proyecto y evitar que un gobierno cambie la forma de ejecutar inmediatamente el compromiso. Al hablar de Fiducia, estamos mencionando un contrato específico que surge del proceso público de licitación, que es la vía para la que se asignan las concesiones. Esta licitación tiene un mandato y un acuerdo entre las partes públicas y privadas en cuanto a las obras, plazos y bajo qué condiciones técnicas, ecológicas y sociales deben llevarse a cabo los trabajos, entre otros aspectos.
El gobierno ha manifestado interés en utilizar recursos destinados a la construcción de algunos de estos proyectos para financiar el programa de vacunación contra la fiebre amarilla, ¿qué tan plausible es esto?
Las leyes se resuelven a medida que se van formulando. Esto significa que si un proyecto no se ajusta a su propósito original, se podría contemplar redirigir esos recursos, dado que los edificios están relacionados con el patrimonio y se encuentran en riesgo de quedar paralizados. En el caso concreto del proyecto de la carretera Mulaló – Loboguerrero, que cuenta con 2.200 millones de pesos sin ejecutar, se desea redirigir este dinero para el programa de vacunación, mientras que se requiere eliminar todos los pasos correspondientes.
¿A qué se refiere eso?
Para liquidar ese contrato, lo cual no es más que un acuerdo entre las partes, se debe dar paso a la licitación en las condiciones apropiadas, y el individuo debe aceptarlas. El firmante del contrato, en este caso, es la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), que actúa en nombre del Estado. Si un contrato específico resulta inviable, las razones para ello deben ser claramente demostradas. Durante el proceso de liquidación, se realiza una transición de información que incluye costos y tareas que deberán completarse. En ese escenario, se puede alcanzar un acuerdo contractual donde las obligaciones derivan del contrato de concesión gestionado por los cambios fiduciarios. El fiduciario tiene un mandato que se ofrece, pero a pesar de esto, la ley impide que recursos como peajes, préstamos y validez futura puedan ser utilizados para fines diferentes, y ningún ejecutivo tiene autoridad para modificar el propósito estipulado en la ley.
Proyecto de carretera Mulaló-Loboguerrero, que significa una nueva ruta de 31.8 kilómetros. Foto:Covimar
¿Cuánto tiempo debe tomar este proceso?
No sabría decir exactamente cuánto puede durar el debate, sin embargo, este proceso detallado podría extenderse durante unos meses. Si hay voluntad por parte de las partes y la transición de la cuenta es relativamente simple, entonces, hay una diferencia entre detener la ejecución y el hecho de que esta no esté llevándose a cabo en absoluto. Este es un proceso de negociación legal que implica una conciliación entre las partes con el fin de resolver el contrato en común. Tras este acuerdo, el gobierno queda legalmente habilitado para instalar la próxima validez fiscal, lo cual es crucial, dado que si el contrato se resuelve en este año, los recursos no podrán ser utilizados hasta el presupuesto del año 2026. Esto se refiere específicamente al proyecto de la carretera Mulaló – Loboguerrero. Y el uso de estos recursos por parte del gobierno, para desarrollar los proyectos 4G y 5G sin ejecución, solo podrá realizarse si el Congreso de la República otorga su aprobación, y ello requerirá un tiempo adicional.
¿Qué aspectos hacen que la Fiducia sea un vehículo ideal para administrar los recursos de estos importantes proyectos de infraestructura, entre otros?
Una de las razones detrás de esto es la inclusión de recursos tanto públicos como privados: peajes, préstamos bancarios y fondos de inversión, en el caso de las obras 4G. La Fiducia se configura como una entidad legal en Colombia cuyo propósito es alinear los intereses de los individuos involucrados y garantizar la construcción sostenible de largo plazo de estos proyectos. Esta cuenta cuenta con un régimen de ahorro que actúa como un vehículo aislado, lo que significa que el fiduciario o el gobierno no circulan esos fondos a través de una institución bancaria convencional. Además, el dinero recaudado por el proyecto pertenece exclusivamente a él, y no hay otra entidad que tenga el poder de actuar fuera de lo estipulado en el contrato. Sin embargo, esto no significa que los recursos administrados por la Fiducia estén inactivos; de hecho, están invertidos con rendimientos esperados, por lo que estos fondos nunca son completamente propiedad estatal o privada. Es vital que quede claro que estos recursos no pertenecen a un grupo particular, lo que podría eliminar su voluntad original.
¿Quién decide en qué se invierten y dónde deben estar estos recursos?
Los comités de inversión son quienes operan bajo el marco estipulado por el supervisor financiero, una entidad encargada de acompañar a los fiduciarios, donde estos recursos son depositados y administrados, asegurando que también deben estar alineados con las políticas del mismo organismo y, por supuesto, la supervisión general de la República se mantiene en su lugar.
Las sociedades fiduciarias están bajo la supervisión de la supervisión financiera. Foto:Archivo de tiempo
¿Cómo se lleva a cabo la liquidación de estos contratos y los recursos que no se han implementado, pero que podrían generar rendimientos?
El acuerdo depende de los contratos, cada uno de los cuales incluye fórmulas de liquidación. Generalmente, en la fase preestablecida de la ruta solicitada, se adquirieron las propiedades necesarias, utilizando los recursos del concesionario. Sin embargo, si el proyecto no se ejecuta, Estado debe recibir bienes raíces, diseños y rutas adquiridos, además de los recursos que el concesionario invirtió en esta fase en particular. Posteriormente, los excedentes tras la liquidación, junto con los beneficios generados hasta su implementación, no estarán disponibles para el individuo involucrado en el proyecto.
¿Cuánta financiación hay actualmente para proyectos y su naturaleza dentro de Fiducia?
En Asopiduciador, se llevan a cabo encuestas constantemente entre las entidades involucradas en esta industria, por lo que esta información no surge del ámbito de la superfinanciación. Hasta el cierre del 20 de marzo, se reportó un saldo de 27.4 mil millones de pesos; sin embargo, de este monto, 10.300 millones fueron recursos de importancia futura (38 por ciento), además de 6.300 millones (23 por ciento) provenientes de un operador. En este sentido, hay 5.100 millones (18 por ciento) provenientes de préstamos de banca local y extranjera, así como otros 4.400 millones (16 por ciento) de dinero adicional para financiar proyectos.
Si un proyecto enfrenta dificultades, ¿significa esto que la Fiducia no está funcionando correctamente?
Por supuesto que no, de hecho, todos los proyectos principales de infraestructura en el país han sido llevados a cabo a través de asociaciones público-privadas (APP). Según reportes, de aproximadamente 40 concesiones en desarrollo de 4G y 5G, solo dos de ellas no se ejecutaron por razones que no se pueden atribuir a las concesiones, sino al estado. No hay duda de que existen más proyectos exitosos que fallidos en este contexto. La Fiducia se encarga de gestionar todos los recursos de pensiones públicas; el fondo de vida también gestiona temas relacionados con la reforestación de la Amazonía, y esto acompaña a cientos de ejemplos más. Debemos garantizar una gestión técnica adecuada desde un punto de vista financiero, asegurándonos de que este mandato se ejecute conforme a lo establecido en el contrato. En total, los fiduciarios manejan 129.4 mil millones de pesos en propiedad pública, representando un 13.1 por ciento de la totalidad administrada por estas entidades, que alcanza los 984 mil millones en marzo pasado, con un crecimiento del 7.64 por ciento anual.