El gobierno de los Estados Unidos lanzó un fuerte llamado al gobierno del presidente Gustavo Petro durante la sesión de esta sesión del viernes en el Consejo de Seguridad de la ONU, advirtiendo sobre el notable aumento de los ataques armados que reflejan un deterioro de la seguridad en Colombia. Según la misión de los Estados Unidos, la estrategia de «paz total» de SO del presidente Petro no ha podido deshabilitar la violencia, pero ha estado acompañada por un resurgimiento de actos violentos perpetrados por grupos armados ilegales contra la población civil y la fuerza pública.

«En lugar de reducir la violencia, la estrategia del gobierno colombiano apresurada y desorganizada (PETRO) para negociar con múltiples grupos armados ha generado incentivos perversos para que aumenten sus ataques», dijo el delegado diplomático de los Estados Unidos en el cuerpo.

Sin embargo, esa no fue la única crítica recibida por el actual gobierno colombiano. La delegación china también se pronunció y mostró su preocupación por los actos de violencia que pueden ser precedidos por la votación de 2026, donde las amenazas violentas pueden desempeñar un papel definitivo de la coerción política.

«Colombia aborda las elecciones y confía en que darán prioridad al bien y la paz. Se evitará en la violencia. Pedimos al gobierno que refuerce el despliegue de seguridad y controle los conflictos, protegiendo a los ex combatientes, mujeres, niños y pueblos étnicos», dijo la delegación asiática.

Las advertencias ocurren en medio de un contexto complejo, donde grupos como las disidencias del FARC, el ELN y otras pandillas criminales han fortalecido sus acciones. En regiones especialmente golpeadas, como Catatumbo, Cauca y Valle del Cauca, la violencia se ha intensificado con aumentos significativos en los homicidios de la policía y el ejército, evocando la situación preocupante del «plan de armas» que ha cobrado la vida de docenas de uniformados en los últimos meses.

El presidente Petro, por otro lado, ha defendido que hay intentos de sectores de la extrema derecha y el tráfico de drogas para desestabilizar a su gobierno y romper la alianza estratégica con los Estados Unidos, la alianza que considera vital para la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, las relaciones diplomáticas han sido tensas después de las acusaciones cruzadas, y el presidente solicitó la consulta de su embajador en Washington para abordar la agenda bilateral.

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