La sostenibilidad en América Latina está deja de ser un compromiso de reputación para convertirse en un motor de rentabilidad real. La adopción de inteligencia artificial (IA), big data y aprendizaje automático está transformando procesos productivos, optimizando los recursos y generando valor económico, al tiempo que responde a la crisis climática.

Un informe reciente titulado «Sostenibilidad inteligente: cómo la IA convierte la economía circular en rentabilidad empresarial», preparada por Rodrigo Ramírez PiscoDoctorado Universidad de Biu Miami (Broward International University) revela que las empresas que constituyen las operaciones reducen el desperdicio de materiales hasta el 30% y disminuyen los costos operativos en un 25% gracias al análisis de datos en tiempo real. Sectores como la fabricación, la energía y el agronegocio ya aplican algoritmos predictivos para anticipar la demanda, optimizar las cadenas de suministro y extender la vida útil de sus productos. «Nos enfrentamos a un punto de inflexión, AI no solo acelera el cumplimiento de los objetivos ambientales, sino que redefine la competitividad empresarial en la región», «, Ramírez dice.

El impacto económico es tangible, el 62% de las compañías latinoamericanas que han incorporado los procesos circulares informan aumentos directos en su margen de beneficio. Además, las tecnologías de monitoreo ambiental en tiempo real permiten cumplir con las regulaciones internacionales y acceder al financiamiento verde. Directivamente, es importante resaltar que el modelo de «producir, usar y descartar ha alcanzado su límite. La economía circular, basada en la prolongación de la vida de los productos y la reintegración de los materiales al ciclo productivo, se consolida como una estrategia comercial, no como un discurso ambientalista. El concepto de rentabilidad económica extendida (REE) que agrega beneficios ambientales, el impacto ambiental y el valor social está marcando el patrón de patrones para los invernores y los fondos verdes y los fondos de los fondos reamíes, dicen los fondos Ram.

Por otro lado, un estudio realizado por Microsoft a IDC, entre 320 organizaciones de más de 1,000 empleados en Argentina, Chile, Colombia y Perú, confirma que La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un motor clave de competitividad en América del Sur Hispano, con Colombia en la cabeza. El 82% de las grandes empresas colombianas planean aumentar su presupuesto en IA en los próximos dos años, el porcentaje más alto en la región y el 44% ya han reasignado recursos de otras áreas para financiar proyectos en esta tecnología. Los resultados son abrumadores, el yoLas niciativas en el país generan un rendimiento de inversión tres veces mayor que su costocon implementaciones que, en el 59% de los casos, se completan en menos de seis meses, superando con creces el promedio global (48%).

Más allá de la velocidad para la adopción, los beneficios percibidos son significativos. El estudio de Microsoft indica que el 48% de las compañías consultadas identifican la mejora de la productividad operativa como el mayor impacto, reflejado en nuevas fuentes de ingresos, reducción de costos y mayor lealtad del cliente. Juntos, el 55% de las grandes empresas de la región ya usan herramientas de IA en varias áreas de negocios, pero Colombia se destaca por su capacidad para transformar la inversión tecnológica en valor tangible, consolidándose como una referencia regional en el uso estratégico de la inteligencia artificial.

Casos de éxito: cuando la sostenibilidad se convierte en negocios

Unilever ha optimizado su cadena de suministro con IA y visión por computadora, logrando una mejora del 25% en la calidad de los plásticos reciclados y hasta el 60% de contenido reciclado en contenedores, con ahorros significativos en materiales y sanciones reguladoras de virgen reguladores.

Renault, a través de su planta en Choisy-Le-Roi, motores de remanufactures y cambiando cajas con sensores de IoT e Ia, ha obtenido ahorros de energía del 80% y una reducción anual de 18,000 toneladas de CO2.

Apple aplica AI para extender la vida útil de sus dispositivos, a través de la gestión inteligente de las baterías, las actualizaciones adaptativas y los diagnósticos predictivos, reforzar la lealtad del cliente y reducir el impacto ambiental.

En este contexto, hasta el 80% del impacto ambiental de un producto se define en su fase de diseño, según el Parlamento Europeo. La inteligencia artificial permite optimizar este proceso del origen, reduciendo los costos, los desechos y los riesgos. En este escenario, donde las regulaciones ambientales son más estrictas y los consumidores exigen coherencia, la «sostenibilidad inteligente» ya no es una tendencia, sino una ventaja competitiva. Mientras advierte RamírezLas empresas que integran la IA y la economía circular no solo disminuirán su huella ecológica, sino que estarán mejor posicionadas para liderar los mercados del futuro.

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