Los testimonios de los exparamilitarios Héctor Díaz Gaitán, quien se presentó ante la justicia el 17 de julio de 2018, y Óscar Andrés Huertas, apodado «Menudencias», han salpicado a la reconocida exciclista colombiana Lucho Herrera. Ambos exmiembros de grupos armados ilegales han acusado a Herrera de haber dado instrucciones para la desaparición de personas en su granja ubicada en Fusagasugá, Cundinamarca, lugar que, lamentablemente, se ha convertido en un punto oscuro en la historia del deporte colombiano.

Las declaraciones entregadas ante la Justicia ofrecen un relato escalofriante sobre la implicación de Lucho Herrera en actividades ilegales. En su testimonio, se relata cómo varios individuos, incluidos Gonzalo Guerrero Jiménez, Víctor Manuel Rodríguez, José del Carmen Rodríguez y Diuviseldo Torres, llevaron a cabo asesinatos y la desaparición de los cuerpos a instancias del exciclista. Estas acusaciones, que emergen de la sombría historia de los conflictos en Colombia, revelan una conexión inquietante entre el deporte y la violencia paramilitar.

“En el año 2003, me trasladaron al sector de Tequendama, donde mantuvimos una reunión con el Sr. Lucho Herrera. Durante ese encuentro, él nos entregó una cuota y mencionó que había resuelto el asunto con Martin. Posteriormente, le llevamos armas y motocicletas a alguien conocido como ‘Cascarón’ o Angel Rodrigo Díaz. Fue en ese lugar donde se discutió la participación de otros comandantes como Carmago y folleto Díaz Díaz. En la zona de Silvania, específicamente en la aldea Aguadita, limítrofe con la finca de Lucho Herrera, conocida como Tierra Negra o Agua Negra, fueron asesinados y enterrados por el grupo especial que trabajaba al servicio de Herrera. Con el tiempo, la organización se dio cuenta de que estas víctimas no eran combatientes, sino que eran individuos que habitaban esas tierras, y las familias de las víctimas continuaron sufriendo por la violencia y la impunidad que rodeaba esos actos atroces”, afirmaba Gómez, exparamilitario, en su testimonio en mayo de 2013.

En otro de sus relatos, el exparamilitar Héctor Díaz Gaitán, alias «Camargo», describió un evento específico: “Subí a tres hombres al camión y los llevé a la aldea Tibacuy, cerca del club El Bosque. Allí había una granja, y esos hombres fueron asesinados y enterrados en ese lugar. Personalmente, participé en esos actos, junto con Roger, Gummer, y no recuerdo quién más”. Estas conmovedoras declaraciones aportan un contexto desgarrador sobre la crueldad de los hechos y la fría normalización de tales actos por parte de los exparamilitares.

En respuesta a las impactantes revelaciones, el juez encargado del caso indicó que se debían realizar copias de las declaraciones y enviarlas a la oficina del fiscal, respecto a la supuesta participación de Lucho Herrera en delitos graves de desaparición forzada y homicidio. Este proceso judicial es de suma importancia para la búsqueda de justicia para las víctimas y sus familias.

Lucho Herrera, quien se destacó como un ciclista profesional entre 1982 y 1992, fue un ícono del deporte en Colombia, consiguiendo un total de 30 victorias, siendo la más notoria su triunfo en la Vuelta a España en 1987. Sin embargo, las acusaciones en su contra han ensombrecido su legado y han revivido el traumático pasado del conflicto armado en el país, donde la violencia y el deporte parecen entrelazarse de maneras inquietantes.

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