Adrián Ramos regresó a América de Cali para esta temporada con promesas de liderazgo, entrega y más garras bajo el escarlata.

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A pesar de ser ídolo, no ha esquivado la responsabilidad: recientemente salió de la galería para hablar directamente con los fanáticos, quienes lo hicieron sentir la presión.

Un aficionado gritó que los jugadores «están caminando en la cancha», una fuerte acusación que refleja a los hartos del bajo rendimiento del equipo.

Ese momento dejó en claro una tensión latente: los fanáticos piden compromiso total, esfuerzo, no excusas. Ramos, con la madurez que la carrera da, escuchó, aceptó el desafío delante y demostró que no huye de las preguntas.

La suya no es solo la nostalgia, es un compromiso regresar a Estados Unidos lo que perdió este semestre.

El regreso al club lo definió como «una puerta siempre abierta». Ramos dijo que tenía ofertas de otros equipos, pero decidió regresar al Mechita porque siente que su lugar está aquí, donde su historia es parte del ADN rojo.

El presente de América en el Betplay II League Pinturas grises. El equipo ocupa el puesto 17 en la mesa, con solo 10 puntos después de 11 juegos jugados, lejos de las posiciones de clasificación.

Sus acciones como visitante apenas han agregado victorias, y en casa no ha podido generar regularidad. Cada juego parece una final, cada jugada una batalla.

Ese diálogo tenso entre Ramos y los fanáticos no es solo un reclamo, es un llamado a la atención. Ramos sabe que tiene que liderar dentro del campo, no solo con su nombre, sino con su actuación.

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El fan está cansado de las historias, ella quiere resultados. Y regresó para eso: sacar a Estados Unidos de este momento oscuro que está viviendo. La verdad es que los fanáticos de la ‘Mechita’ la hacen ver su incomodidad incluso a los ídolos.

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