La junta directiva de Johana Aranda en Ibagué ha generado una intensa tormenta política tras revelar que, en su primer año como alcaldesa, destinó casi $18,000 millones de recursos públicos a fiestas, eventos, espectáculos y medios de comunicación.
Este escándalo dio lugar a un ferviente debate de supervisión política, el cual fue liderado por el ministro Jorge Bolívar, quien no dudó en calificar estos gastos como «desechos vergonzosos» en un momento en que la ciudad enfrenta apremiantes necesidades sociales que requieren atención inmediata.

Según Bolívar, los documentos públicos ponen de manifiesto que la empresa Leon Graphics Company recibió la parte más considerable de esos fondos, con contratos que suman $11,668 millones, destinados a la planificación de eventos tales como el Festival Nacional Colombiano.
Mientras tanto, la Fundación IMIX se llevó $2,812 millones, el grupo activo obtuvo $1,327 millones, y un individuo, Cristian Montoya, recibió $1,153 millones, sumando nombres a la lista de beneficiarios de este contrato jugoso y controvertido.

Fiestas excesivas

Lo más indignante, de acuerdo con los críticos, es que, a pesar de que Aranda derrochó una cantidad considerable de dinero en estos eventos festivos, miles de adultos mayores de Ibagué apenas recibieron una ayuda simbólica: apenas $800 millones en programas que no lograron enfocarse en la provisión de alimentos básicos y, en cambio, se dedicaron a ofrecer servicios como cortes de cabello y manicura, olvidando las necesidades fundamentales de la población vulnerable.

Por si fuera poco, se descubrió que la oficina del alcalde pagó a Jorge Varón Televisión la suma de $260 millones por la celebración de un evento insignia en el 42º Departamento de Deportes.
«Con un gobierno más riguroso y consciente de la realidad, podríamos haber ahorrado al menos $10,000 millones, que habrían podido ser destinados a verdaderas necesidades sociales», afirmó Bolívar con firmeza, subrayando la falta de prioridades en el uso del dinero público.

En clara oposición a este desperdicio de recursos, IBaBu continúa enfrentando problemas fundamentales como la ausencia de cantinas comunitarias, la carencia de cámaras de seguridad y las carreteras destruidas que convierten las calles en lugares peligrosos y propensos a la delincuencia.

El ministro Bolívar ha instado al concejal local a iniciar una investigación urgente para determinar si ha habido irregularidades en los millonarios contratos firmados para el año 2024.
«No podemos seguir permitiendo que los fondos públicos se transformen en un espectáculo de luces mientras nuestros ciudadanos sufren en cuanto a seguridad, acceso a alimentos y atención sanitaria», advirtió con preocupación.

Este escándalo no solo cuestiona la gestión de Aranda, sino que también podría ser uno de los mayores casos de malgasto público en la historia reciente de Ibagué. Las preguntas quedan en el aire: ¿realmente se convirtió el dinero en un mero desperdicio? Se publicó por primera vez en | El diario de todos.

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