En un reciente desarrollo, el gobierno de Colombia ha decidido que a partir del viernes 2 de mayo, no se permitirá la importación de vehículos y partes de automóviles que hayan sido producidos bajo los estándares establecidos por Estados Unidos. Esta medidas pretende que tales importaciones cumplan con los parámetros requeridos por la Unión Europea, pero su implementación se ha aplazado, lo que ha generado diversos impactos y reacciones entre los actores involucrados.
Después de múltiples reuniones entre representantes de ambos lados, el gobierno colombiano finalmente tomó la decisión de posponer la inminente aplicación de estándares que afectarían la importación de estos vehículos y piezas automotrices. Este cambio se produce tras un primer encuentro que tuvo lugar entre el Ministro de Comercio, Industria y Turismo, Cielo Rusinque, y el embajador colombiano en Estados Unidos, Daniel García-Peña, junto con Jamieson Greer, el representante comercial estadounidense, en las fechas del 29 y 30 de abril en Bogotá.
De acuerdo con los ministros presentes, tras dialogar con Daniel Watson, del departamento de comercio en el hemisferio occidental, se logró vislumbrar la posibilidad de un efecto inmediato debido al aplazamiento. Sin embargo, los detalles sobre la regulación aún no están claros.
«La regulación no se implementará este viernes. Aunque se plantearon condiciones especiales por parte del Ministerio de Transición, aún se deben explicar aspectos importantes», aclaró Rusinque en relación a la situación actual.
Representante comercial estadounidense, La Mincicirio (E) y embajador colombiano en los Estados Unidos, Foto:X Ministerio de Comercio
Según Amcham Colombia, se ha recomendado que se postergue esta extensión. El objetivo es abrir el sector privado sin comprometer las relaciones comerciales y el precio de los vehículos y piezas automotrices, que ya son competitivos en el mercado. Amcham subrayó que es crucial encontrar soluciones que incluyan la creación de un espacio de confianza mutua para mitigar cualquier fricción en la relación comercial.
La cámara también hizo énfasis en la necesidad de realizar una publicación breve que facilite la adaptación a los laboratorios que tendrían que certificarse para acreditar los estándares, indicando que aunque esta medida podría aliviar parcialmente los efectos inmediatos de la situación, no elimina las preocupaciones subyacentes. Esto es especialmente importante ya que se evalúa un posible tratamiento diferenciado para productos provenientes de Estados Unidos, lo que podría considerarse una acción discriminatoria en el comercio y abrir posibilidades para represalias de otros países.
Importar Foto:Santiago Saldarriaga. Archivo de tiempo
Los ministros han llevado en la agenda de discusiones varios puntos que el gobierno estadounidense considera «irritantes». Se han abordado barreras comerciales, incluyendo aranceles que no están presentes en otros países, lo que también afecta el sector del aluminio y acero, un área que se considera seria y de relevancia. Hay un interés visible en eliminar estas barreras para facilitar el flujo de comercio.
¿Cuáles son las preocupaciones de los Estados Unidos en comparación con la venta de sus vehículos y piezas de automóviles en Colombia?
Amcham ha señalado que la modificación legal a nivel que afectará los términos de importación de los vehículos estadounidenses en Colombia está vinculada a las regulaciones técnicas de la ONU. En particular, la Ley 2290 establece un periodo de tres años para establecer nuevos requisitos de aprobación para vehículos y sus componentes.
A través de esta legislación, el compromiso de Colombia se traduce en la adopción de estándares de seguridad vehicular técnicos establecidos bajo el acuerdo de 1958, reconocido como regulaciones de la UECE, que son válidas en la Unión Europea. La interacción entre la Ley 2290 y dicho acuerdo no considera automáticamente el reconocimiento de otras regulaciones técnicas equivalentes y recientes, como los estándares de seguridad de vehículos motorizados (FMVSS), que son adoptados en países como México y Brasil, que son clave para los fabricantes colombianos.
Esto implica que, con la implementación de la Ley 2290, el cumplimiento con los estándares FMVSS no se reconocerá instantáneamente en Colombia, lo que generaría barreras técnicas contra países que utilizan tales estándares, incluidos Estados Unidos, México y Brasil.
¿Cuáles son las principales influencias de esta medida?
En la práctica, la implementación de esta medida representa una barrera técnica al comercio con Estados Unidos. Los vehículos y partes automotrices provenientes de ese país poseen una doble certificación: FMVS, que se obtiene en la fábrica, y adicionalmente deben realizarse pruebas técnicas que acarrean costos adicionales.
Además, actualmente Colombia carece de laboratorios acreditados para realizar estas pruebas, lo que genera dudas sobre la capacidad de cumplimiento a corto plazo.
Según Amcham Colombia, esta situación puede resultar en:
- Dificultades en el tiempo de importación de vehículos.
- Reducción en oferta para los consumidores, lo que podría afectar la competitividad y la libre elección en el mercado.
- Aumento de las tensiones comerciales con Estados Unidos en el contexto de la actual política arancelaria recíproca, especialmente bajo la potencial administración de Trump.
El retraso en el proceso se considera relevante, dado que el procedimiento de certificación aún no está establecido y Colombia carece de laboratorios acreditados conforme a las normas del acuerdo de 1958, dificultando así su implementación. Es fundamental asegurar que el país continúe recibiendo vehículos y partes de calidad, reconociendo estándares internacionales como los FMVS, que son esenciales para garantizar la seguridad y el bienestar de los consumidores colombianos.
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