En julio de 2023, el presidente Gustavo Petro llevó a cabo una reunión crucial en París con importantes aliados como Roy Barreras y Alfonso Prada. El objetivo de este encuentro fue delinear las estrategias relacionadas con su política electoral para el año 2026. Durante las conversaciones, se llegó a la conclusión de que sería necesario repetir un modelo de Histórico que tuvo un papel fundamental en su victoria en 2022. No obstante, un obstáculo significativo se presenta al intentar replicar este modelo, ya que las limitaciones legales han creado barreras que impiden que la organización vuelva a ejecutarlo. Según la constitución, las alianzas entre partidos que han superado el 15% de los votos están prohibidas, lo que dificulta la unidad necesaria para llevar a cabo esta visión electoral.
En vista de este panorama complicado, surgió la propuesta de establecer un partido de izquierda unificado, en el que puedan incorporarse fuerzas como Colombia, UP, el Partido Comunista y la Scisco de Mais. Sin embargo, la realidad legal desempeña un papel restrictivo, ya que Mais enfrenta procesos pendientes ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). Estas complicaciones legales complican aún más cualquier intento de división o fusión entre las distintas agrupaciones políticas.
Una posible solución a este dilema político podría radicar en llevar a cabo reformas constitucionales que permitan el fenómeno del Transfuismo: esto implicaría que los parlamentarios puedan cambiar de partido sin enfrentar penalizaciones o cumplir con plazos estrictos. Además, en este contexto, los casos de doble militancia no serían resueltos por el Consejo de Estado, sino que se dejarían a la resolución interna de cada partido. Las reformas que se discuten y desarrollan rápidamente en el Parlamento proporcionarían beneficios sustanciales, especialmente al Tratado Histórico, que actualmente cuenta con 47 parlamentarios. Sin esta reforma, el tratado se vería obligado a dividirse, debilitando significativamente su capacidad para operar en el panorama político.
Sin embargo, estos cambios no están exentos de controversia. Los críticos advierten que tales reformas podrían debilitar el sistema de partidos, permitiendo así que el gobierno actúe con una mayoría consolidada y posiblemente ameazando la pluralidad democrática en el país. En este contexto, la próxima votación, clave, se llevará a cabo este lunes en el Senado. Si se aprueba, es muy probable que el proyecto también avance hacia la cámara, lo que podría tener repercusiones significativas en el futuro político de la nación.
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