El ejército israelí confirmó que el miércoles llevó a cabo un bombardeo directo contra la entrada del régimen militar del régimen sirio en la capital de Damasco, en una operación que, según las autoridades militares israelíes, responde a las órdenes políticas recientes y es parte de la subida de tensiones para los choques en la provincia de Al Sueida, al sur de Syria.
Este ataque ocurrió en un contexto en el que las Fuerzas de Defensa de Israel (IED) mantienen una vigilancia constante en la situación en el sur de Siria y su impacto en la población de Drusa, una minoría afectada por la violencia en la región. Israel advirtió que continuará con los bombardeos si las autoridades sirias no abandonan esa área y reafirmaron su compromiso con la «desmilitarización» para proteger a la comunidad Drusa, en un conflicto que ha causado cientos de muertes en las últimas semanas.
Las raíces de esta confrontación entre Israel y Siria tienen un fondo histórico amplio y complejo. Desde la creación del Estado de Israel en 1948, la región ha experimentado múltiples guerras y conflictos, incluidas las guerras de 1948, 1967 y 1973, marcadas por la lucha territorial, especialmente en los Altos del Golán, las áreas sirias ocupadas por Israel desde 1967 y anexas en 1981. La anfitriona de la anfitrionas ha sido alta por la presencia de los grupos armados apoyados por Syria, al igual que Hezboll y la anexión.
Históricamente, Siria ha sido un actor clave en la lucha con Israel, enfrentando una oposición constante y llevando a cabo ataques o mantenimiento de milicias contra el estado israelí. Mientras tanto, Israel ha ejecutado numerosas operaciones militares para neutralizar las amenazas, como las instalaciones militares y los armamentos que considera estratégico para su defensa, lo que refuerza una política de seguridad que busca anticipar cualquier ataque contra ella.
En este último episodio, el ejército israelí señaló que el bombardeo se dirigió específicamente contra la puerta de entrada del personal general en Damasco, que representa un claro mensaje de presión militar sobre el régimen sirio. La acción también ocurre después de la violencia desencadenada en Al Sueida, donde los enfrentamientos locales han causado al menos 248 muertos y han generado movilizaciones de la comunidad Drusa.
Las hostilidades no solo reflejan la disputa estratégica entre los dos países, sino que también están influenciados por la dinámica regional, donde actores como Irán y grupos como Hezbolá juegan un papel crucial en el equilibrio de poder y la prolongación del conflicto. Las operaciones militares israelíes buscan evitar fortalecer estas fuerzas en el suelo sirio.